El pasado lunes todos los diputados del Parlamento Europeo recibieron esta carta (disponible en varios idiomas), firmada por la ‘Stop-TTIP Alliance’ en cada Estado miembro.
Unos días antes de que el Parlamento Europeo vote de nuevo sobre la iniciativa del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), 483 organizaciones de la sociedad civil de toda Europa, incluida la ‘Stop-TTIP Alliance’, han solicitado en carta abierta a los miembros del Parlamento Europeo su voto en contra del Tratado.
Se esperaba que el Parlamento Europeo procediera a votar el pasado 10 de junio, pero el debate y la votación quedaron pospuestos tras la presentación de más de 200 enmiendas al acuerdo. El Parlamento Europeo, votará, por tanto, la resolución esta semana en curso.
La ‘Stop-TTIP Alliance’ expresa diferentes puntos de vista de la sociedad civil: en la actualidad 2,3 millones de personas exigen detener las negociaciones sobre el TTIP. Según Slow Food, la única solución sería una negativa completa al TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership).
La resolución de la TTIP contempla también la inclusión de un Sistema de Arbitraje de Diferencias Privado (ISDS en sus siglas en inglés). El Parlamento Europeo debería adoptar una postura clara contra el ISDS.
De hecho, esto permitiría a las multinacionales demandar a los gobiernos en tribunales privados por las acciones de un Estado que interfirieran en las inversiones y redujeran los beneficios esperados, una práctica que socavaría el Estado de Derecho y los principios democráticos.
La aprobación.
El Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles, 8 de julio, el informe sobre el que no se ponía de acuerdo hace un mes, cuando el presidente Martin Schulz decidió posponer en el último momento la votación sobre el acuerdo comercial con EEUU (TTIP, por sus siglas en inglés) por falta de consenso.
La resolución, que incluye las recomendaciones de la Eurocámara a la Comisión Europea (CE) para la negociación del TTIP, ha salido adelante con el apoyo mayoritario de los populares (PPE), socialdemócratas (S&D) y liberales (ALDE) gracias a un compromiso sobre el asunto más polémico para la Eurocámara, el sistema de arbitraje para los inversores.
Dentro del S&D hubo votos discrepantes desde las filas laboristas y de los socialistas belgas, franceses y austríacos. Los eurodiputados del PSOE votaron a favor de la resolución y finalmente el informe fue aprobado por 436 votos a favor, 241 en contra y 32 abstenciones
Los eurodiputados han echado mano del lenguaje ambiguo y han reclamado a la Comisión un sistema “no discriminatorio” con las empresas locales o extranjeras del que formen parte “jueces independientes” y que “no anteponga los intereses privados a los públicos”.
En España, ya en el pasado mes de abril la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA, se adhirió a las movilizaciones promovidas en contra del Acuerdo argumentando que “tal y como se estaba planteando el proceso de negociación podía traer muchos más problemas que oportunidades al sector primario español”.
Desde la organización agraria y ganadera defienden el modelo de producción europeo, con todas las garantías que tiene para el consumidor, basado en la agricultura familiar, que estaría en riesgo en caso de aprobarse este tratado.
Entre las preocupaciones expresadas entonces por los agricultores y ganaderos españoles figuran:
Transgénicos. Es una de las principales demandas de Estados Unidos en las negociaciones. El año pasado, el 88% del maíz, el 93% de la soja y el 95% de la remolacha cultivada en los Estados Unidos lo fueron a partir de semillas modificadas genéticamente, un escenario muy alejado de la situación en Europa, con sólo una variedad de maíz transgénico autorizada y una aceptación por parte de los consumidores radicalmente opuesta.
Utilización de hormonas. Las organizaciones estadounidenses están presionando para que productos como el bovino y el porcino en los que se usan hormonas para una mayor producción, puedan acceder al mercado europeo sin ninguna restricción. A día de hoy, bajo la normativa europea estas sustancias no pueden ser utilizadas por los productores europeos, no obstante, si bajo el acuerdo estos productos logran acceder al mercado europeo esto supondría una desventaja competitiva para los ganaderos europeos.
Pesticidas y aditivos. Al igual que con las hormonas la agricultura de Estados Unidos utiliza ciertos pesticidas y aditivos que no son permitidos en la Unión Europea. El acceso de productos, especialmente frutícolas, al mercado europeo podría suponer una desventaja para la agricultura europea.
Diferente nivel de apoyo. Algunos sectores de EEUU sostienen que es necesaria una reducción de las ayudas a la agricultura por parte de la UE. Para estos grupos las ayudas deberían de estar reguladas por el TTIP con el objeto de evitar una competencia desigual entre los agricultores de ambos bloques.