A PROPUESTA DE BOLIVIA, FUE APROBADO POR LA ASAMBLEA DE LAS NACIONES UNIDAS.

La declaración supone un reconocimiento a los pueblos andinos que han mantenido, controlado, protegido y preservado la quinua como alimento para generaciones presentes y futuras gracias a sus conocimientos tradicionales y prácticas de vida en armonía con la madre tierra y la naturaleza.

El objetivo del AIQ es centrar la atención mundial sobre el papel que juega la biodiversidad de la quinua y su valor nutricional, en la seguridad alimentaria y la nutricional y la erradicación de la pobreza, en apoyo al logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, desde su Oficina Regional para América Latina y el Caribe, llevará adelante la Secretaría del Año Internacional de la Quinua, acompañando el Comité Internacional que coordinará las celebraciones. Bolivia encabeza la presidencia del Comité, mientras Ecuador, Perú y Chile ostentan las vicepresidencias, con las relatorías a cargo de Argentina y Francia.

Casi toda la producción de quinua actual está en manos de pequeños agricultores y asociaciones. Ésta se encuentra de forma nativa en todos los países de la región andina, desde Colombia hasta el norte de Argentina y el sur de Chile. Los principales países productores son Bolivia, Perú y Estados Unidos.

El cultivo de la quinua ha trascendido las fronteras continentales y actualmente es cultivada en Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda e Italia. En los Estados Unidos se produce en Colorado y Nevada y en Canadá en las praderas de Ontario. Por ejemplo, en Kenia se mostró altos rendimientos de semilla y en el Himalaya y las planicies del norte de la India, el cultivo podría desarrollarse con éxito.

La riqueza de la quinua no solo reside en los granos de sus coloridas panojas, sino también en el conocimiento acumulado por los pueblos andinos. Hecho que ha permitido preservar sus diversas variedades, mejorar su rendimiento y desarrollar una gastronomía en torno a la quinua.

Sin embargo, el grano fue cuidadosamente resguardado por estos pueblos y hoy es un legado inestimable para la humanidad, debido a sus características únicas: la quinua es el único alimento vegetal que posee todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas para la vida, además de no contener gluten.

Es capaz de crecer en las más duras condiciones, soportando temperaturas desde los -8°C hasta los 38°C, se puede sembrar desde el nivel del mar hasta los 4 000 metros de altura y es resistente a la sequía y a los suelos pobres.

Al igual que la papa, la quinua fue uno de los principales alimentos de los pueblos andinos preincaicos. Tradicionalmente, los granos de quinua se tuestan y con ellos se hace harina, con la cual se fabrican distintos tipos de panes.

También pueden ser cocidos añadidos a las sopas, usados como cereales, pastas e incluso se fermenta para obtener cerveza o chicha, bebida tradicional de los Andes. Cuando se cuece toma un sabor similar a la nuez. Hoy la quinua también tiene un rol clave en la cocina gourmet, pero sus usos también se han extendido al área farmacéutica e industrial.

Ante el desafío de elevar la producción de alimentos de calidad para alimentar a la población del planeta en un contexto de cambio climático, la quinua aparece como una alternativa para aquellos países que sufren de inseguridad alimentaria.

Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado al año 2013 como el “Año Internacional de la Quinua”, en reconocimiento a las prácticas ancestrales de los pueblos andinos, quienes han sabido preservar a la quinua en su estado natural como alimento para las generaciones presentes y futuras, a través de prácticas ancestrales de vida en armonía con la naturaleza.

Se puede consultar el programa de eventos en http://aiq2013.org/es/