LOS INVESTIGADORES CALIFICAN LA ACTUACIÓN DE LAS AUTORIDADES COMO “ENTERRADORES DE UNA BOMBA”.

Científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, acaban de descubrir que los principales cultivos transgénicos y los productos obtenidos de ellos que se vienen comercializado durante los últimos 20 años contienen un gen de un virus potencialmente peligroso.

 

El gen -Gen VI- se solapa con el promotor 35S obtenido del virus del mosaico de la coliflor (CaMV). El promotor CaMV 35S es el más común, siendo su secuencia la más ampliamente utilizada para llevar a cabo la expresión de los genes en los cultivos transgénicos.

Este importante descubrimiento fue publicado en una revista poco conocida a finales de 2012, y habría pasado de forma inadvertida si no hubiese llamado la atención de Jonatham Latham y Alison Wilson de Independent Science News.

Tras el descubrimiento, llevaron a cabo una evaluación del riesgo que supone el fragmento del gen VI, lo que recogieron en un informe. Esto supuso la atención por parte del público, de modo que la EFSA y la Agencia de Normas Alimentarias de Australia y Nueva Zelanda, FSANZ arremetieron de forma conjunta contra el trabajo realizado por Latham y Wilson.

La EFSA y FSANZ dicen que son completamente falsas las afirmaciones realizadas de que el gen VI oculto en el promotor viral CaMV 35S no es seguro para consumo humano, perturbando el normal funcionamiento de los cultivos. Un portavoz de la Agencia FSANZ dijo: “La exposición humana al ADN del virus del mosaico de la coliflor y de las proteínas de los productos consumidos a través de los alimentos tradicionales es algo común y no hay evidencias de que tenga efectos adversos sobre la salud”.

Pero irónicamente, el primer autor que aparece en el artículo científico es Nancy Podevin de la EFSA, mientras que el segundo autor es Patrick Du Jardin de la Universidad de Lieja, en Bélgica, y es bien conocido que forma parte del plantel de los transgénicos de la EFSA y se tienen en cuenta sus consejos.

El principal objetivo de este documento es el de seleccionar la secuencia de aminoácidos del Gen VI y contrastarla con las bases de datos existentes de los alérgenos conocidos, pero no se ha hallado; esto ofrece una cierta inseguridad, de modo que los peligros reales pudieran estarse escondiendo bajo la alfombra.

Esta no es la primera vez que se cuestiona la seguridad del promotor CaMV 35S. El Instituto de Ciencia en Sociedad, ISIS, ya planteó por primera vez esta preocupación por el promotor 35S y otros promotores similares en un artículo publicado en la revista Microbial Ecology in Health and Disease in 1999, cuando se descubrió que presentaba una recombinación (fragmentación) en puntos calientes de mutación para mejorar la transferencia horizontal de genes de forma no intencional y la recombinación en el proceso de crear nuevos virus o activar los antiguos, o la activación del cáncer en las células animales en los procesos conocidos como carcinogénesis de inserción.

El promotor CaMV 35S se sabe que es muy promiscuo al ser capaz de funcionar en la mayoría, si no en todas, de las especies del mundo vivo, incluyendo las células humanas. Para empeorar las cosas, se han desarrollado muchas versiones sintéticas del promotor con potenciadores adicionales para la expresión de genes y secuencias procedentes de otras fuentes, lo que aumenta la inestabilidad (tendencia a la fragmentación), así como su capacidad para llevar a cabo una expresión génica inapropiada.

Como medida de precaución, los investigadores han recomendado que se retire la comercialización y no se realicen ensayos a campo abierto de todos los cultivos transgénicos que contienen el CaMV 35S o promotores similares.

Tras la publicación de su trabajo las reacciones fueron muy rápidas. En los dos días posteriores a su publicación en Internet, se publicaron al menos nueve críticas, una de ellas de Monsanto, en un sitio web financiado por la Industria Biotecnológica y de amplia difusión en Internet.

Las objeciones de los organismos reguladores se basan en que los humanos han estado comiendo el CaMV durante miles de años sin efectos nocivos y que el promotor CaMV 35S está activo sólo en las plantas y no en las células animales o humanas.

Los investigadores han respondido que el CaMV tiene su genoma envuelto en su capa de proteínas, no produciendo infecciones en los seres humanos o animales no susceptibles y plantas, algo bien conocido, ya que es esa capa proteínica la que determina la susceptibilidad del huésped en primera instancia.

Así que comer el virus intacto resulta inocuo. Sin embargo, los genomas virales desnudos o libres son más infecciosos y tienen más impacto en el huésped que el virus intacto. Además, los promotores 35S de CaMV sintéticos son muy diferentes de los promotores naturales, siendo a la vez mucho más agresivos como promotores para dirigir la expresión del gen apropiado, resultando más propensos a fragmentarse y recombinarse.

Además, desmienten que CaMV 35S no está activo en los animales y células humanas, demostrándolo echando una ojeada a la literatura científica. Hay evidencias que sugieren que el nuevo promotor CaMV 35S puede aumentar el número de enfermedades asociadas a los virus, como el VIH y citomegalovirus a través de la inducción de las proteínas necesarias para la transcripción de los virus.

En este contexto, tanto lo dicho por Latham, el Informe Wilson y los trabajos de ISIS afirman los investigadores que debe ser tenido en cuenta; lo que justifica la recomendación inicial de una retirada total de los cultivos transgénicos que lleven presente este promotor. Esta misma recomendación es transmitida por Latham y Wilson.