OPINIÓN

Señor Rodríguez, supongo que no habrá reflexionado sobre las consecuencias que han tenido para la economía de La Aldea, las irresponsables e insensatas declaraciones que hizo en el periódico Canarias 7 del día 21/11/2013, pág. 22.

Esta carta se la dirijo a Ud. como aldeano, a nivel personal que es lo que soy en estos momentos, responsabilizándome y asumiendo, por tanto, las consecuencias de la misma.

Tiene Ud. delito ético y moral, además de mostrar una ignorancia supina sobre conocimientos agronómicos, por ofender y ultrajar alegremente al sector del tomate canario de exportación y, en especial, al de la Aldea de San Nicolás.

Este aldeano de 71 años que le escribe, le reprueba sus lamentables y perniciosas declaraciones, tanto como persona y como representante de mi pueblo, deseándole el doble de lo que Ud. me desea a mí.

Por lo expuesto en su entrevista, no me cabe ninguna duda que “he estado, estoy y seguiré estando en su punto de mira”. Y, por tanto, mi honor y mi prestigio profesional me obliga a defender lo que durante toda mi vida, con mi trabajo, he demostrado con hechos; no como Ud., de “boquilla política”.

En sus declaraciones, más propias de la frustración que genera no proporcionar solución alguna a los problemas que acucian a La Aldea, muestra gran ignorancia e ineptitud sobre la materia. Con su intento de dar una “lección magistral”, no sabe Ud., ni calcula por asomo, el perjuicio que le ha causado al sector agrícola tomatero de exportación de Canarias, a la Cooperativa COAGRISAN y a la empresa aldeana familiar más antigua, de SILVESTRE ANGULO, y, por lo tanto, a todo mi pueblo.

Le recuerdo, ya que los datos que usted maneja no se ajustan a la realidad (como ya se lo demostrara al presidente de Canarias en otras desafortunadas declaraciones), que COAGRISAN, junto a la SAT HORTICOLA ALDEANA, representamos, tristemente, el 80-90% de la economía y el empleo activo oficial en nuestro municipio.

Asimismo, le sugiero que busque mejores fuentes de información antes de faltar a la verdad. Los modelos productivos de Almería y Murcia, no los ha copiado COAGRISAN; al contrario, Murcia y, sobre todo, Almería han adaptado el modelo productivo, comercializador y de cooperativismo de COAGRISAN.

No tiene Ud. ni una sola premisa que justifique la descalificación sobre la gestión económica, social y comercial de la empresa y la cooperativa de La Aldea y, mucho menos, el vergonzoso descrédito de sus comentarios hacia los técnicos de las mismas, naturales todos de este pueblo. ¡Ya quisiera usted en su profesión haber llegado al prestigio de los conocimientos y capacidades de estos profesionales! Le aseguro que son, en su especialidad, iguales que los máximos profesionales del ramo, y no solo a nivel autonómico, sino español y europeo. Incluso me atrevería a decir del mundo, si se matiza el ecuador y zona climatológica en la que trabajamos.

Y no es que lo diga yo. Así lo demuestra el número de solicitudes de expertos y estudiantes para hacer prácticas y estudios de investigación y desarrollo, adquirir experiencia, así como realizar tesinas de fin de carrera y doctorados en esta cooperativa.

Si Ud. hubiera tenido razón, desde que comenzó a cuestionar la actividad del sector allá por el año 2007 (Revista de Nueva Canarias nº 01/07, pág. 3), y a pronosticar su defunción inminente por la errónea gestión y  actuación frente a la mosca blanca y a la modernización de las estructuras, entre otras, no habríamos llegado hasta el día de hoy, ¿no cree?.

Se atreve a opinar de la marca de tomates de La Aldea, afirmando –desconozco con qué fundamento- que son mejores los tomates del sur de la isla. Le puedo rebatir esta sandez, demostrándole con estudios técnicos que se equivoca una vez más. Le recuerdo que los tomates de La Aldea son como mínimo iguales que el mejor tomate del sur de la isla de Gran Canaria, teniendo un plus histórico (de toda la vida) superior en precio y calidad. Solamente son aventajados por los prestigiosos tomates de Fuerteventura y muy superiores, generalmente, a los tomates de Murcia y Alicante, Turquía, Marruecos y Holanda.

Sus declaraciones y el incalculable daño ocasionado solo se puede justificar por su negatividad, visceralidad, ignorancia y desconocimiento del asunto, desde el punto de vista que a Ud. le puede, pasional y mentalmente enfermizo; no pudiendo explicarme como ostentando un cargo público, con la responsabilidad que ello conlleva, se atreve a juzgar y cuestionar la profesionalidad del sector que mantiene el empleo y la economía del municipio.

Parece que su promesa electoral estrella de crear mil puestos de trabajo y varias cooperativas agrícolas, ganaderas y de trabajo ligadas al agroturismo, la sostenibilidad y la agenda 21, se le ha olvidado.  O quizás, desde mi desconocimiento, no ha sido capaz, ya no de crear ese empleo, sino de evitar la imparable subida de la tasa de paro de La Aldea, hasta convertirla en una de las primeras de Canarias.

Yo que usted me preocuparía y ocuparía de esta tremenda obligación, en lugar de dañar al sector con declaraciones falaces, ocultando su ineficacia e ineficiencia para resolver un problema que, a tenor de los resultados, le queda bastante grande.

Viene usted jugando desde hace mucho tiempo con fuego y gasolina. Su discurso demagogo, y a veces rayando la xenofobia sobre los inmigrantes que trabajan en La Aldea, lo utiliza para justificar su denostada incapacidad de dar respuesta al desempleo.

Y otra vez se equivoca, Sr. Rodríguez. Se lo demostró, ante sus irreverentes acusaciones al sector, las autoridades en materia de empleo: hubo que contratar en el año 2002 en origen, ante la no disposición de mano de obra local con todos los beneplácitos legales y administrativos. Fueron esos trabajadores los que permitieron continuar la actividad hasta hoy. Y la gran mayoría de ellos también ha retornado a su origen, quedando en el municipio menos de trescientos de los casi mil que llegaron. Debería actualizar el padrón. Ciudadanos que también pertenecen al mismo club europeo con igualdad de derechos. Ese club que envía fondos para nuestros programas de empleo y que usted utiliza tan bien.

Sr. Rodríguez, déjese de intoxicar de una vez. Reconozca su inutilidad para dar respuesta a este grave problema y cuide lo que mantiene el empleo en La Aldea. No imagine confabulaciones ni elucubre teorías conspiratorias donde no las hay. Métase en su cabeza que mientras alguien (Dios o Ud.) no haga un milagro, la Aldea seguirá tratando de sobrevivir a la espera de que Ud. cumpla lo que prometió con su efectiva e inteligente gestión.

Y le recomiendo que no continúe azuzando la xenofobia y los fantasmas del pasado. Apelo a su responsabilidad como cargo público y que haga como si fuéramos todos hijos de un mismo padre, que lo somos. Recuerde a nuestros antepasados emigrantes a Cuba y Venezuela.

¿Y de verdad que esta es la solución que usted propone? ¿Trabajo para los locales a costa de los que Ud. llama “extranjeros”, léase polacos, saharianos, rumanos, venezolanos, chinos, conejeros, majoreros, de Tejeda, de Mogán, de ¡TELDE!?. ¿No sería mejor que entre todos, incluido usted, trabajáramos por lograr alternativas que beneficien, en la medida de las posibilidades, a todos los vecinos que viven integrados en nuestro pueblo?

Por favor, no siga pensando que la solución pasa por la selección humana. La historia nos ha demostrado que obrar así nos lleva al desastre, a la depresión y a la regresión como humanidad. Créame,  dividiendo se hacen débiles a las familias, los países y a los pueblos; sumando conseguimos que sean Fuertes, muy Fuertes.

¡Ya está bien, Sr. Rodríguez! Vamos de una vez para siempre, con humildad, honestidad e inteligencia a buscar soluciones. Vamos entre todos, cual Fuenteovejuna, (todos a una) a trabajar para encaminar los problemas de la mejor manera posible para todos. ¿Está usted dispuesto y preparado para ello? Yo le digo que he estado, estoy y siempre estaré a la disposición de este proyecto lidere quien lo lidere.

Sr. Rodríguez, piénselo y cambie de asesores. Ni el protagonismo, ni la soberbia, ni el orgullo, ni la insolencia, le permitirán hacer frente a tamaño reto. Y es más, a los años que tengo, pedir perdón por su parte le aseguro que no va a tener efecto alguno en su cuenta corriente. Practíquelo, por humildad y salud.

Para finalizar, con esta carta de opinión he querido mostrar mi postura, mi visión, de estos problemas con crisis o sin crisis y, humildemente, he expuesto mi criterio para que todos los grancanarios y, en especial los aldeanos, sean testigos del testamento sobre mis ideales.

Con todo cariño, un fuerte abrazo personal, como ciudadano del mundo y como aldeano en especial.

(P.D.) Por mi parte, después de esta carta no habrá más pronunciamiento sobre este tema, sólo el deseo de la realidad del trabajo conjunto.

Jacinto Godoy González.