SEGÚN UN ESTUDIO BRITÁNICO

El estudio publicado en la revista británica Nature Biotechnology rebela que consumir tomates morados, modificados genéticamente para que contengan altos niveles de antocianinas, protege contra el cáncer y un amplio número de enfermedades.

Las antiocianinas son unos pigmentos antioxidantes producidos por algunas plantas y contribuyen a la protección del organismo contra un gran número de enfermedades de muy variada etiología.

Un equipo investigador del John Innes Centre, en Norwich, al este de Inglaterra, incluyó dos genes de la planta boca de dragón, rica en antiocianinas, en el genoma de la planta del tomate. A su vez, estas especies produjeron la pulpa y la piel moradas con un alto nivel de antocianinas, similar al existente en moras y arándanos.

Los investigadores concluyen que incluir estos tomates en la dieta humana sería una forma fácil de aumentar la ingesta de antioxidantes y fomentar el mantenimiento de una buena salud.

Sin embargo, este tipo de estudios realizados con tomates no son nuevos. En 2006, el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de Valencia creó tomates azules terapéuticos, modificados genéticamente, para crear vacunas entre otros fines.

Este centro participa en un proyecto de Genoma en España que ha creado un estudio de la secuenciación del genoma del tomate, aún sin completar, en el que participan ocho países.