LAS SUCESIVAS FASES INTERVENDRÁN EN EL RESTO DEL VALLE DE LA ALDEA

KoppertLa Comisión Técnica creada en el municipio de La Aldea para controlar la plaga de la mosca blanca, ultima las acciones que se llevarán a cabo en la siguiente intervención del proyecto.

Esta Comisión está formada por los técnicos de las cooperativas, del Gobierno de Canarias, del Cabildo y Ayuntamiento y la empresa Koppert Canarias. En estos momentos se encuentran decidiendo sobre qué zonas se realizarán las actuaciones, en función del grado de incidencia de la mosca.

Desde la Comisión se espera que las siguientes fases comiencen a ponerse en activo en un plazo no superior al mes, ya que el aumento de las temperaturas ha propiciado la aparición de nuevos focos.

En esta intervención se actuará sobre el resto del Valle hasta cerrar la “U” que se dibuja sobre la cuenca hidrográfica y por la que discurren las corrientes de viento que van del mar al interior y regresan nuevamente.

La primera intervención se realizó en lo que la Comisión denominó “la zona cero”, debido a la gran virulencia de la plaga. Se actuó en 34 hectáreas de cultivos repartidas en 53 parcelas y se involucraron un total de 57 agricultores.

El tipo de cultivo predominante en esta zona es el de tomate, pimiento, berenjena, sandía/melón, calabaza y habichuela/judía.

KoppertEl principal recurso empleado ha sido la aplicación de la lucha integrada con la suelta masiva de depredadores: eretmocerus, nesidiocoris y amblyseius. Como complemento se instalaron 3800 metros de adhesivo amarillo, 1920 placas adhesivas y se emplearon 240 litros de jabón fosfórico y 20 litros de azadiractina.

Con todo, desde la Comisión se concluye que el nivel de la mosca blanca ha descendido significativamente y el control biológico de plagas se presenta como una alternativa muy fiable. Además, destacan como factor importante el consenso y el nivel de implicación de los productores como un hecho sin precedentes.

Asimismo, el empleo de técnicas de control integrado de plagas ha reducido considerablemente el uso de plaguicidas de origen químico y que los cultivos, de judía y habichuela, hayan aumentado su productividad.