En los últimos años se ha comprobado que, después de mucho tiempo, ejemplares de charrán han regresado a la isla de Gran Canaria para construir sus nidos.
La consejera de Medio Ambiente y Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, María del Mar Arévalo, y el capitán de navío y jefe del Arsenal de Las Palmas, Juan González-Aller, han dado a conocer hoy el sistema ideado por técnicos de la Armada y del Servicio de Medio Ambiente que tiene como objetivo conseguir que el charrán común (Sterna hirundo) tenga su espacio para la cría en el litoral de Las Palmas de Gran Canaria.
Antes existía una colonia de charranes en el sur de Gran Canaria. Se contaban centenares de individuos que poco a poco fueron abandonando el territorio insular ante la presión del desarrollo turístico y de depredadores como gatos, ratas y perros.
Actualmente sólo visitan la isla unas cinco parejas reproductoras que han elegido los muelles del Arsenal y del Club Náutico de Gran Canaria para la construcción de sus nidos. En otras zonas portuarias de la ciudad, como en el Muelle Reina Sofía, también se han detectado parejas reproductoras de charrán común en muy escaso número.
El charrán común es una especie de ave migratoria con un notable sentido de la territorialidad durante la época de cría. Defiende el nido de una forma muy agresiva y con gran determinación. Tras instalarse en el litoral de la capital grancanaria hace unos siete años, se han registrado ataques directos a personas que transitaban cerca de los huevos o los polluelos.
Con el fin de evitar situaciones de riesgo para las personas y, al mismo tiempo, garantizar la conservación de la especie a través del establecimiento de una colonia de charranes en Gran Canaria, técnicos del Cabildo han propuesto la instalación de una plataforma flotante en aguas de la Base Naval en la que los charranes puedan anidar con seguridad y tranquilidad.
La estructura se ubica entre el Muelle de Poniente y la escollera de la Avenida Marítima donde no genera ningún tipo de interferencia con la operatividad de las embarcaciones. También se ha procurado que no esté muy próxima a la orilla para evitar que los charranes ataquen a los transeúntes del paseo marítimo.
Los biólogos consideran muy probable que los charranes comiencen a usar esa plataforma y que, al comprobar su idoneidad y la inexistencia de molestias, en el futuro se trasladen allí para realizar las tareas de cría.
La superficie de la zona de cría de la plataforma lleva un sustrato de grava y arena, así como otros elementos que se asemejan al medio natural en el que crían estas aves y que también permite a los pollitos mimetizarse, protegerse del sol y esconderse de su principal predador: las gaviotas.
Para forzar la colonización de ese enclave artificial existen estrategias como la colocación de señuelos de charrán construidas con escayola y la emisión de reclamos de charrán común en sus colonias de cría a través de un reproductor de audio.
Experiencias de este tipo para implantar parejas reproductoras de charrán común en zonas conflictivas están ampliamente descritas en el norte de España, donde se ha conseguido establecer colonias artificiales en plataformas en la Bahía de Santander y también en otros países de Europa.
A nivel de protección legal, el charrán común está incluido a nivel estatal en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección y del Catálogo de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011).
En cuanto al Catálogo Canario de Especies Amenazadas (Ley 4/2010), el charrán está enmarcado en el Anexo VI, incluido en la Categoría de Especie de Interés Especial y afectado por el Apartado 4 de la Disposición Transitoria Única. En el Libro Rojo de las Aves de España se le considera como “Casi Amenazado”.
La productividad de las parejas establecidas en el Arsenal ha sido monitorizada por el ornitólogo Rafael Mucientes que, en la actualidad, trabaja como jefe de máquinas en la embarcación de Vigilancia Aduanera con base en la propia Base Naval.