Por sí solos, los tomates, la zanahoria y el brócoli son alimentos con propiedades anticancerígenas. Pero combinados son aún mejores, tal y como asegura un estudio.
En función de cómo nos alimentamos, seremos más proclives a padecer algunas enfermedades. Quizás no le demos demasiada importancia a determinados alimentos que contienen sustancias y agentes fitoquímicos efectivos para impedir la activación y el desarrollo de diversas patologías.
Varios estudios demuestran que incluir frutas y verduras en la dieta podría reducir el riesgo de cáncer, una enfermedad crónica, silenciosa y mortal si no se detecta a tiempo.
No solo basta con hacer ejercicio regularmente y dejar a un lado los malos hábitos, como fumar o beber alcohol.
La Sociedad Americana del Cáncer señala la importancia que tiene consumir alimentos con propiedades anticancerígenas e incrementar el consumo de frutas y verduras a siete porciones diarias.
El motivo es que protegen al organismo y retrasan la aparición de células cancerosas y, por tanto, ayudan a prevenir ciertos tumores malignos. Se trata de alimentos que se caracterizan por ser bajos en grasas, ricos en fibra y en antioxidantes que combaten el cáncer.
Para recordarlos mejor, vamos a clasificarlos por colores. Los alimentos de color rojo, como los tomates o la sandía, no pueden faltar en la despensa, ya que contienen licopeno.
Se trata de un poderoso compuesto que protege a las células de los efectos de la oxidación y que reduce el riesgo de sufrir cáncer de próstata. No podemos olvidarnos de los frutos rojos, las moras, los arándanos y las cerezas, entre otras. Estas últimas contienen ácido flucárico, que se encarga de desintoxicar el organismo de sustancias químicas.
Dentro del grupo de color naranja destacan la zanahoria, el mango y la calabaza. Poseen antioxidantes como el beta-caroteno, que refuerza el sistema inmunológico. También podríamos incluir las frutas cítricas (pomelo, naranjas, limones y mandarinas), llenas de vitamina C y con flavonoides que previenen el cáncer.
De los verdes nos quedamos con las espinacas, por su alto contenido en ácido fólico, y las crucíferas como el brócoli, la col y la coliflor, además del bimi, un desconocido con infinidad de beneficios saludables.
Tomate y brócoli juntos, mucho mejor.
A grandes rasgos, los reyes de los alimentos anticáncer serían el tomate, la zanahoria y el brócoli. Uno de cada grupo.
Pero un reciente estudio de la Universidad de Illinois demuestra que combinar brócoli y tomate en el mismo plato sería más eficaz en la prevención del cáncer de próstata que consumirlas por separado.
Al parecer se consigue un efecto aditivo debido a que los compuestos anticancerígenos de cada hortaliza actúan en rutas metabólicas distintas.
Finalmente, a pesar de que es cierto que la alimentación es muy importante en la prevención de enfermedades como el cáncer, debemos tener en cuenta que la genética juega un papel clave, además de llevar una vida activa, alegre y saludable, sin hábitos nocivos como fumar o tomar alcohol en exceso.