Féliz Santiago, Clavijo y Quintero.La Indicación Geográfica Protegida, IGP, ha tardado casi tres años en llegar debido a que no existían empresas autorizadas a avalar el sello.

La sede de la Sociedad Agraria de Transformación Costa Caleta en el municipio de Gáldar, se convirtió en el día de ayer en el lugar de peregrinación de representantes de diversas administraciones, empresas agrícolas, organizaciones agrarias, empresa certificadora, proveedores, entidades financieras y cadenas de compras, para participar en el acto de entrega del primer certificado de la Indicación Geográfica Protegida (IGP), casi tres años después de que la UE concediera el distintivo a ese fruto isleño.

Así, SAT Costa Caleta se convierte en la primera empresa productora de plátanos de Canarias en lograr la certificación realizada por la empresa Agrocolor, que también se distingue por la certificación de producción integrada y ecológica.

Acto entrega certificado IGP SAT Costa Caleta

Félix Santiago (c), Quintero (i), Clavijo (d), Hernández (i) y José Lorenzo (d)

El acto contó con la presencia del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que estuvo acompañado del consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, Narvay Quintero, el presidente de COAG-Canarias, Rafael Hernández, y representantes de las principales cadenas comerciales del archipiélago.

Clavijo elogió el “esfuerzo del sector primario canario para diferenciar su producción a través de la calidad”, explicando que el archipiélago cuenta con sellos aprobados por la Unión Europea que ofrecen “una seña de identidad a unos productos que superan en frescura y calidad respecto a los de fuera”, y que “tenemos que aprovechar para que el consumidor pueda diferenciar qué es lo que compra”.

El presidente añadió que la IGP constituye “un notable apoyo al garantizar las características propias y la trazabilidad para el consumidor” y subrayó que el plátano “es parte de la identidad canaria y símbolo de la cultura, es un ejemplo de adaptación y de diferenciación, de ahí la importancia de la entrega de este primer certificado”.

Por su parte, el consejero Narvay Quintero, manifestó su convencimiento de que este certificado será el primero de otros muchos, ya que un gran número de productores -unos 8.500- ya están inscritos en la IGP, “lo que servirá para que el plátano de Canarias se pueda diferenciar de forma clara en todos los lugares en los que se puede adquirir”.

Quintero explicó que el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), no tiene capacidad para ejecutar la inspección necesaria para conceder este sello, por lo que será la empresa de servicios de certificación nacional Agrocolor, la que realice esta labor.

El consejero también subrayó el apoyo de su departamento a la diferenciación a través de los regímenes de calidad y recordó que ya se han otorgado las ayudas correspondientes a 2016 para la obtención y gestión de los sellos de calidad que están incluidas dentro del Programa de Desarrollo Rural (2014-2020). En diciembre del año pasado, el Gobierno publicó una convocatoria de ayudas por 350.000 euros para que las empresas como SAT Costa Caleta puedan adecuarse a los parámetros que exigen diferentes certificados de calidad.

“Vamos a intentar sacarla todos los años con la misma cantidad, aproximadamente, para quienes quieran certificar su calidad, bien sea con la IGP o el sello de las Regiones Ultraperiféricas (RUP), por ejemplo”, subrayó Quintero.

Las tres generaciones Santiago Melián junto al director general de Coagrisan,  Jacinto Godoy González.

Las tres generaciones Santiago Melián junto al director general de Coagrisan, Jacinto Godoy González.

El presidente de la SAT Costa Caleta, Félix Santiago Melián, mostró su orgullo por lo que calificó ‘un trabajo de equipo bien hecho’, que ya ha obtenido otras certificaciones y, sobre todo, sigue generando empleo, señaló Santiago.

Para el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Rafael Hernández, el distintivo da garantías al consumidor de que el plátano que está comprando no solo procede de las Islas, sino que además cumple con unos parámetros de calidad que “otras producciones no tienen ni podrán tener”. De este modo, los productores esperan competir en la Península, mercado al que exportan la mayoría de su producción, en mejores condiciones que la banana que llega de Latinoamérica.

La certificación, que deberá ser actualizada anualmente, figurará en las cajas y envases de las tres marcas que comercializa esta empresa: Galdense, La Guancha y Doramas.

SAT Costa Caleta integra a unos 125 agricultores que cuentan con 450 hectáreas de cultivo, distribuidas por La Aldea, Gáldar o Santa Lucía. La empresa emplea a 150 trabajadores y en épocas de alta producción el número de empleados asciende hasta 200.

Las instalaciones cuentan con cinco líneas de producción por las que pasan 3.000 kilos de plátanos a la hora. La fruta, tras ser clasificada por tamaño, peso y apariencia externa, se deposita en cajas de 17 kilos. La producción, a lo largo de un año, se eleva a 27 millones de kilos.

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) supone el reconocimiento mundial a la calidad diferenciada de un producto, el plátano, cuya diferenciación se debe al medio geográfico y a las prácticas tradicionales de cultivo.

Según determinó la Unión Europea están amparadas bajo esta IGP las variedades Cavendish de la especia Musa acuminatta Colla, cultivada en Canarias y destinada a consumo en fresco.