CoagLOS INCREMENTOS DE LOS COSTES SUPONEN UN 70 % EN UN AÑO.

La subida en el precio de los alimentos para sus animales que pagan los ganaderos de las Islas parece no tener techo. Una de las razones radica en los movimientos especulativos en los mercados internacionales y por el incremento de la superficie destinada a producir agrocombustibles, a costa de los cultivos para alimentación humana y animal.

El resultado es que, desde principios de año, un producto básico para el mantenimiento de la cabaña ganadera como la alfalfa ha incrementado su precio un 23%. Otros como la cebada o el millo se han colocado en torno a los 0,27 €/kg, mientras que el año pasado por estas fechas se pagaban en torno a 0,16 €/kg. Esto supone un incremento de un 70% en sólo un año.

En mayor o menor grado, la misma evolución al alza presentan otros productos como la avena o el trigo. Para tener una idea de la importancia que tiene esta espiral de precios para el productor, hay que reseñar que los gastos en alimentación suponen más del 50% de los costes de producción que afronta el ganadero.

El problema principal para el sector pecuario del Archipiélago es que, si bien están viendo que sus costes de producción no hacen más que aumentar, por el contrario los precios de venta de sus productos están estancados desde hace ya varios años, lo que está estrangulando su cuenta de resultados y “poniendo patas arriba” la viabilidad de sus explotaciones.

Desde COAG-Canarias se considera que el nuevo equipo de la consejería de Agricultura y Ganadería del Gobierno de Canarias, liderado por Juan Ramón Hernández, tiene una excelente oportunidad para promover un nuevo esquema de alimentación animal, más racional y menos dependiente que el sistema actual.

Los objetivos deben ser los de incrementar el actual grado de autoabastecimiento de cereales para alimentación anual, que en estos momentos supone únicamente el 0,6 % (o lo que es lo mismo, más del 99% del alimento animal es importado).

Algunas propuestas van en la dirección de promover el cultivo local de forrajes y resto de cultivos para alimentación animal (incluyendo especies autóctonas como el tagasaste), y el de realizar una profunda revisión del Régimen Específico de Abastecimiento (REA), trasvasando fondos de las ayudas a la importación de productos que compiten con los locales (quesos, carnes,..) a las ayudas que permiten potenciar la cabaña ganadera y al sector agrícola, entre las que destacan las ayudas a la importación de cereales.