AÚN NO SE HA TASADO EL DAÑO, PERO LOS APICULTORES MANIFIESTAN UNA SITUACIÓN MUY COMPLICADA.

Hay quienes vienen advirtiendo desde hace algunos años que la situación que están padeciendo las abejas es lo que sufrirá el ser humano en pocos años. La desaparición de colonias enteras en el Planeta, por diversas causas, está repercutiendo directamente en la Naturaleza. Ahora el ser humano es más consciente por su efecto en la economía. 

La labor silenciosa que han venido desarrollando las abejas, ha ido subiendo el volumen en función del daño que está causando al ser humano su desaparición. Hasta el punto que la propia UE, a través de sus organismos, ha lanzado serias advertencias y, por último, ha anunciado medidas a aplicar en todos los Estados para evitar su declive.

Hace años, la varroa causó verdaderos estragos. Se creyó que Canarias estaba excenta, pero mientras se hacía este anuncio el ácaro atacaba decenas de miles de colmenas en todo el Archipiélago.

Sin embargo, la rápida actuación e intervención de los apicultores logró controlar el avance de esta plaga. Pero el daño ya estaba hecho.

Mientras esto sucedía en las islas, la temida avispa asiática comenzaba su expansión por el continente. LLegar a Canarias también era cuestión de tiempo, donde el paraíso no solo es un eslogan turístico. A la vista de los resultados, también podemos constatar que Canarias es el paraíso de las plagas.

La expansión de la avispa ha sido espectacular. Si bien los apicultores reconocen que la varroa tuvo un avance considerable, el de la avispa no ha permitido tomar las medidas necesarias en un corto espacio de tiempo.

Desde que hizo su aparición en el valle de La Aldea los apicultores corrieron la voz, pero la avispa llegaba antes que el aviso. Así, ya han contabilizado centenares de colmenas atacadas y algunas aniquiladas por la voracidad de la avispa.

Un ejemplar de avispa es capaz de rtealizar cincuenta ataques en una jornada, decapitando a las abejas y tomando, finalmente, por completo la colmena.

Pocas son las armas con las que cuentan los apicultores. Por lo menos de una efectividad similar o superior a la de los ataques. Por lo pronto la lucha se realiza en un “cuerpo a cuerpo” en el que las trampas son las protagonistas a falta de otros medios.

Los apicultores consultados por Agroaldea declaran sentirse angustiados por la situación y ante un problema del que dicen no solo les pasa factura a ellos, sino a todos en general.

Lo creamos o no quienes anunciaron el colapso de las abejas con todo lo que trae aparejado, parece más cerca de convertirse en una realidad.