Para un proyecto del centro de investigación La Mayora en Málaga que pretende controlar la mosca blanca.
La Fundación Bill & Melinda Gates, del cofundador de Microsoft, Bill Gates, se ha fijado en la Estación Experimental La Mayora de Algarrobo como centro de investigación.
Y lo ha hecho para que participe con sus investigaciones en la búsqueda de soluciones a los graves estragos que está causando en el África Subsahariana la mosca blanca de la yuca.
Los virus que trasmite este insecto, cuyo nombre científico es ‘Bemisia tabaci’, están provocando importantes daños en la producción de yuca, un producto vital y un alimento básico para millones de personas en los países del África negra, hasta el punto de convertirse en hambrunas. La yuca, después del maíz y el arroz, está considerada la principal fuente nutritiva del mundo.
El Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) La Mayora, que conforman la Universidad de Málaga y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), lleva más de 15 años investigando sobre la mosca blanca y los virus y enfermedades que causa en cultivos tan importantes en España como tomate, pimiento, melón y judía, entre otros, debido a los daños que provoca y su incidencia económica.
La Fundación Bill Gates, que tiene entre sus objetivos ayudar a los más desfavorecidos, mejorar la salud humana y que todas las personas dispongan de las oportunidades para tener éxito en la vida y los estudios, ha concedido a La Mayora una ayuda de 300.000 euros para que participe, junto a otros centros e investigadores de otros diez países de todo el mundo, en un proyecto que investiga las causas de las epidemias de la mosca blanca de la yuca en África y la búsqueda de soluciones sostenibles.
En concreto, La Mayora centrará su estudio en el aislamiento biológico de las distintas especies de ‘Bemisia tabaci’, y a evaluar el impacto de los virus y las plantas en la mosca blanca.
«Se trata de conocer al enemigo. Hasta no hace mucho se pensaba que la mosca blanca era una especie única. Hoy se sabe que hay hasta 30 especies diferentes. Vamos a estudiar las poblaciones europeas y africanas y comprobar que no se cruzan», explicó Jesús Navas, investigador científico de La Mayora y coordinador del proyecto.
En el equipo encargado de realizar el trabajo también participarán los doctores Elvira Fiallo y Francisco Villanueva, la técnico Remedios Tovar y la estudiante tanzana Happiness Mollel.
Según Navas, uno de los objetivos de la Fundación Bill Gates con este proyecto es aumentar la capacidad científica de los países africanos, lo que se concreta en la formación de dos estudiantes africanos como másteres y nueve como doctores.
La investigación de La Mayora forma parte de un proyecto más amplio que cuenta con una ayuda de 13.852.395 euros (15,75 millones de dólares) concedida al Instituto de Recursos Naturales (NRI) de la Universidad de Greenwich, en el Reino Unido, por parte de la Fundación Bill & Melinda Gates.
Junto al NRI de Reino Unido y el Instituto Mikocheni de Recursos Agrarios (MARI) de Tanzania, que lideran el proyecto, también participan investigadores de Australia, China, Colombia, España, Estados Unidos, Israel, Malawi y Uganda.
Para Navas, los resultados del proyecto pueden resultar decisivos para mejorar la alimentación de la población en el África negra. «La mosca blanca es responsable de la transmisión de un enorme número de virus que atacan a los principales cultivos hortícolas en el mundo. Estos virus incluyen los agentes causales de dos enfermedades pandémicas que han destruido en los últimos años los cultivos de yuca en África Subsahariana: el mosaico de la yuca y el rayado marrón de la yuca», según Navas.
El problema se ha agravado a partir de los años 90, en los que se registró, por causa que se desconocen, un incremento sin precedentes de mosca blanca en las regiones donde se cultiva.
Las enfermedades que causan provocan la pérdida de cosecha, lo que se traduce en hambrunas recurrentes en los países de esta zona de África. «El pequeño agricultor si se queda sin yuca, se queda sin comida», según Navas, para quien el control de la mosca blanca y la reducción de la propagación de los virus que transmiten se traducirá en la mejora de la productividad e ingresos de los pequeños agricultores, lo que reducirá los riesgos de dependencia alimentaria y hambrunas.