Con esta propuesta, los creadores de Capsula Mundi pretenden convertir los cementerios en bosques.
Según la empresa de diseño italiana llamada Capsula Mundi, tiene una solución perfecta para convertir los cementerios en bosques conmemorativos. Se trata de una alternativa ecológica a nivel paisajístico, que evitaría el despilfarro de los recursos típicos del sector para la realización de féretros, convirtiendo los fríos cementerios en frondosos bosques.
Sus cápsulas biodegradables, a modo de ataúd, están pensadas para ser abono que alimente infinidad de árboles. De este modo, los nichos en suelos y paredes, con sus respectivas lápidas de mármol, y los pasillos interminables, los panteones y demás elementos tradicionales de los camposantos serían sustituidos por un bosque.
En concreto, según propone Capsula Mundi, los difuntos se enterrarían dentro de unas vainas un plástico confeccionado con almidón obtenido a partir del millo o las papas, junto con unas semillas que irían alimentándose de la descomposición de los cuerpos.
Cada vaina, por lo tanto, tendría un árbol en potencia que, con el tiempo, crecería e iría ampliando el bosque, convirtiéndolo en un lugar muy especial, donde poder ir a recordar a las personas fallecidas en un entorno más amigable que el que ofrecen los actuales cementerios.
Según informa la compañía, las vainas reemplazarían a los féretros de madera desde el mismo momento del fallecimiento, pues las cápsulas pueden contener un cuerpo humano durante tres días hasta ser enterrado.
[quote]La filosofía que hay detrás del proyecto también busca fomentar la sensibilización acerca del despilfarro que supone cortar un árbol.[/quote]
Tal y como señalan en su página web, el árbol tarda entre 10 y 40 años en crecer, y cuando se tala su uso suele ser efímero. Por ello proponen crear bosques que han bautizado como “memoriales”, en el que serían enterradas las personas para lograr una bella comunión que simbolizaría el valor de la vida, así como la importancia de preservarla.
Desde Capsula Mundi se recuerda que los usos y costumbres relativas al entierro van a tener que adaptarse a las nuevas necesidades, en el actual contexto de superpoblación. Somos más de 7 mil millones de personas, y el número no deja de aumentar, por lo que el espacio para enterrar a las personas necesita soluciones innovadoras.
En este sentido, los creadores de estas vainas biodegradables rechazan la cremación por considerar que conlleva un uso intensivo de energía.
Sin embargo, según su opinión, las vainas permiten que los cuerpos vuelvan a su ser, colocados en posición fetal sin necesidad de aplicarles formaldehído u otras toxinas.
Simplemente se colocan en su vaina bio junto con una semilla de árbol, enterrándola finalmente en un suelo fértil, que puede serlo o recibir un tratamiento con el fin de aprovechar tierras abandonadas.
Mucho tienen que cambiar las mentalidades para que esta propuesta eche raíces y se convierta en un árbol grande y fascinante.