Cultivo de tomate en descuelgue.En el marco de las II Jornadas Técnicas Memorial Juan Félix Cabrera.

Una veintena de técnico/as de la casi totalidad de las empresas dedicadas al cultivo del tomate de exportación en Canarias, se trasladaron al municipio de La Aldea para participar en las jornadas técnicas organizadas por el Departamento Técnico de COAGRISAN.

Jornada Técnica Coagrisan 2015Dos han sido los ejes centrales en los que se centró el desarrollo de las jornadas. Por un lado, conocer la nueva variedad de semilla de tomate resistente al virus del Spotted (TsWV) y, por otro, examinar y analizar las innovaciones técnicas de descuelgue para invernaderos inferiores a los tres metros.

Además del amplio catálago de plagas que desde la pasada década viene afectando al cultivo del tomate, aún continúa incrementándose con nuevas incorporaciones que encuentran a Canarias, en particular, un paraíso para su proliferación.

Si bien los equipos técnicos se dotan de los medios y herramientas necesarias para su combate, han apostado por el intercambio de experiencias y conocimientos como instrumento fundamental en su consecución.

[youtube url=”https://www.youtube.com/watch?v=TBfI_hwLvaQ&feature=youtu.be” width=”500″ height=”300″] Así lo explicaba el jefe del Departamento Técnico de COAGRISAN, Marcelo Rodríguez, tras dar la bienvenida a los participantes, entre los que también se encontraban técnicos del Cabildo de Gran Canaria y de empresas de fitosanitarios, Inca, y proveedoras de insectos para el control integrado, Koppert.

Rodríguez explicó que los daños que viene provocando el trips en los últimos años, ha supuesto una merma considerable en las producciones y en la calidad de las mismas.

Por esa razón, en colaboración con una empresa suministradora de semillas, comenzaron una investigación para lograr la resistencia, que no la tolerancia, al virus del bronceado del tomate transmitido por el trips.

Tres años después, y tras los diferentes ensayos realizados en campo en las zonas con mayor afección del municipio, las conclusiones han sido categóricas e irrebatibles.

El trips es un pequeño insecto que mide entre 1 y 2 mm de longitud con una coloración que varía del marrón oscuro al amarillo claro. Saltan, vuelan y se desplazan con gran agilidad de un lugar a otro.

Al picar los tejidos y succionar el contenido de las células vegetales, el trips (Frankliniella occidentalis) transmite el Tomato Spotted Wilt Virus (TSWV) o virus del bronceado del tomate.

Se manifiesta en forma de manchas circulares con muerte del tejido, tanto en hojas, flores y frutos. Posteriormente, las plantas dejan de crecer, pierden su coloración natural y se deforman. La magnitud del daño puede variar entre pérdida de rendimiento hasta destrucción total del cultivo.

Esta nueva variedad de semilla sigue la línea de la variedad ‘mariana’, pero con la resistencia a los efectos del trips, única en su género, será la que utilice la Cooperativa COAGRISAN en la próxima campaña.

Durante el recorrido a los cultivos en los que se han llevado a cabo los ensayos, los técnicos pudieron comprobar los resultados e intercambiar impresiones con la propietaria del cultivo, Dolores Cubas, quien manifestó sentirse encantada ya que el año pasado tuvo que arrancar todo el cultivo. [youtube url=”https://www.youtube.com/watch?v=KRFLojSz8lY&feature=youtu.be” width=”500″ height=”300″]

Uno de los hándicaps con que cuenta el sector del tomate de exportación en la actualidad, es el no haber podido realizar la modernización de infraestructuras para lograr una mayor productividad y, por ende, rentabilidad.

Los incumplimientos de las administraciones con las ayudas de Estado, el drástico recorte de la compensación al transporte y el vaivén de los mercados, han sido algunas de las razones por las que los productores no han realizado los cambios.

Sin embargo, la necesidad agudiza el ingenio y con los medios de que se dispone y unos ligeros cambios e innovaciones, se puede adaptar la infraestructura a la técnica del descuelgue sin necesidad de cambiar la misma.

En esta línea los técnicos de COAGRISAN mostraron los resultados de la técnica conocida como ‘el churro’ o ‘la ola’. Esta consiste en permitir un mayor crecimiento de la planta en aquellos invernaderos inferiores a los tres metros de altura.[youtube url=”https://www.youtube.com/watch?v=qjZmeufyKy0&feature=youtu.be” width=”500″ height=”300″]

Quienes explicaron a los técnicos los efectos positivos fueron dos agricultoras que pasaron del modelo anterior a éste, y ahora manifiestan no querer volver al antiguo.

Josefa Llarena, en su invernadero de El Hoyo, además de aplicar esta innovación de la que dice sentirse muy satisfecha, también ha apostado por el sustrato de fibra de coco que le está reportando ‘grandes beneficios’. Con lo que he ahorrado en nematicida y desinfección del suelo he cubierto el coste de la inversión, explica Llarena.

[youtube url=”https://www.youtube.com/watch?v=92Dodlp2LcM&feature=youtu.be” width=”500″ height=”300″]Por su parte, Paulina Ramírez Araújo, en los casi 11.000 m2 de invernadero que tiene en la zona de Las Tabladas, declara su satisfacción por la aplicación de esta técnica, si bien su infraestructura se halla en una talla intermedia para la que además ha adaptado los carros para el laboreo.

Los últimos invernaderos en visitar fueron los de Roberto Suárez en el barranco de La Arena. Se trata de estructuras de última generación, multitúnel, hidroponía, recirculación y mecanización de labores.

Suárez también dispone de una sección del tipo ‘raspa y amagado’ que ha adaptado al descuelgue, incrementando su altura hasta alcanzar los seis metros logrando rendimientos muy parecidos a los de última generación.

Al finalizar la jornada de campo, el vicepresidente de COAGRISAN, Rogelio Rodríguez, animó a los técnicos participantes a implementar alguna de las innovaciones que han constatado durante la visita.

Rodríguez recordó que las pruebas ya están realizadas y los resultados, además de observables, ahora toca socializarlos y compartirlos, que es uno de los objetivos que perseguíamos con estas jornadas.

Todos los técnicos participantes coincidieron en la necesidad de incidir en la formación de los agricultores, sobre todo en este tipo de innovaciones ya que la inercia de tantos años se vuelve en ‘un quiste’ de difícil eliminación.

Sin embargo, y en términos de biología, la ‘eliminación natural’ terminará por extinguir a aquellos que el cambio lo ven más como una amenaza que como una oportunidad, algo que COAGRISAN ha logrado superar.