Es un turrón trufado, como si fuese un bombón, pero en un formato más grande.
Sus creadores son dos jóvenes pasteleros, Damián Ramos y Sebastián Guerrero, que regentan una pastelería en Caleta de Vélez, Málaga, que comenzó su andadura como empresa familiar en 1820 y por la que ya han pasado cinco generaciones, son los autores de esta novedad.
Damián y Sebastián son primos y desde hace unos años a esta parte no hay una sola Navidad en la que no sorprendan con algún turrón original y exclusivo elaborado con productos netamente malagueños.
En 2013, lo hicieron con el primer turrón de torta de Algarrobo. Al año siguiente, lanzaron un guiño al sector tropical de la provincia elaborando el primer turrón de España de mango.
La pasada Navidad lanzaron un turrón de vino dulce, Zumbral, de bodegas Dimobe, con jazmín, el olor de Málaga. Este año, como no podía ser de otra forma, su apuesta no es menos llamativa. Se trata de un turrón de aguacate, el fruto estrella de los cultivos tropicales de la provincia; lima y sal del Himalaya.
«Llevamos trabajando en este producto desde hace un año, hasta que hemos conseguido el sabor que buscábamos», señala Damián, para quien el resultado es un producto «fino y sorprendente, un tanto untuoso, por la cremosidad del aguacate, e incluso arriesgado.
La gente que ha tenido la oportunidad de probarlo le encanta. Según los pasteleros, en su elaboración utilizan sólo aguacate de la Axarquía, que es la zona de la provincia con mayor implantación de este cultivo tropical, y sal del Himalaya de la empresa malagueña Savonela.
«Es un turrón trufado, como si fuese un bombón, pero en un formato más grande. Está compuesto por una ‘crumble’ de almendra, esa es la parte de fruto seco que lleva el turrón; otra es la ‘ganache’ de lima y aguacate con chocolate blanc, sal del Himalaya, pimienta y azúcares. El único conservante que lleva son los azúcares, por lo que es totalmente natural», explica Damián.
El producto, que está ya a la venta en su pastelería de Caleta de Vélez, se comercializa en formatos tabletas y lingotes a un precio de ocho y diez euros, respectivamente.
Ambos primos participan habitualmente en congresos y cursos con grandes maestros pasteleros de todo el mundo, en un intento de mantenerse siempre al día. Hace tres años lanzaron otra creación que se consolida año a año, el ancla de la Virgen del Carmen, en homenaje a la patrona del mar y a los pescadores.