Mucha preocupación en España por este nuevo caso que confirma la expansión de la bacteria asesina del olivar ‘xylella fastidosa’.
Saltan las alarmas al detectarse un nuevo caso de xylella fastidosa en terreno francés, donde las autoridades van a poner en marcha un plan de acción para prevenir la difusión en Córcega de la bacteria que lleva dos años matando olivos en Italia.
La “Xylella fastidiosa” se detectó, por primera vez, esta semana en una planta ornamental de una zona comercial del sur de la isla. Sin embargo, a mediados de abril ya se había detectado otro caso en unas plantas de café procedentes de Costa Rica.
La prefectura (delegación del Gobierno) de Ajaccio explicó en un comunicado que el “caso positivo” de “Xylella fastidiosa” se identificó en unas plantas de Lechera del Cabo (Polygala myrtifolia) en una zona comercial de la localidad de Propriano.
Este incidente ha vuelto a desatar las alarmas no sólo en Francia, sino en España, donde se mira con mucha preocupación la posible llegada a los olivos nacionales.
Dentro de las medidas de reforzamiento para prevenir esa plaga puestas en marcha por el Gobierno francés, el lunes se tomó una muestra del vegetal sospechoso y se transmitió al laboratorio de referencia, del ANSES, que confirmó la infección.
El prefecto ha puesto en marcha ya una serie de medidas de urgencia, como el arranque de las plantas afectadas, la desinfección de la zona o una investigación epidemiológica, antes del examen de la situación programado hoy por el Consejo Regional de Orientación de la Política Sanitaria Animal y Vegetal.
La bacteria, que ha causado una gran mortalidad en los olivos de la región de Apulia, en el sur de Italia, provocando que se hubieran de talar cientos de miles de árboles, fue detectada una primera vez en Francia a mediados de abril, en unas plantas de café procedentes de Costa Rica que llegaron al mercado de abastos de París, en Rungis, y que se destruyeron rápidamente.
En España se teme que su aparición en los olivos no tarde mucho en llegar, por lo que muchas asociaciones agrarias han vuelto a solicitar medidas contundentes para evitar lo que consideran podría ser ‘la ruina total’.