TRAS LAS LLUVIAS DE LA ÚLTIMA SEMANA, LA TIERRA SIGUE EXTENUADA DE AGUA.
Esta es la cara menos amable de las precipitaciones. El reboso de las presas con la consiguiente reserva de agua para años ha producido una gran satisfacción en el sector primario aldeano. Sin embargo, el exceso de humedad está generando la aparición de hongos en los cultivos, perjudicando su crecimiento.
El temor de los técnicos se está traduciendo en hechos. El agua abundante ha provocado que mildius y botritis comiencen a afectar no solo a los cultivos de exportación, sino también a los de mercado interior.
A pesar de las temperaturas altas para la época del año y la llegada de calima el pasado fin de semana, no se ha logrado mitigar los efectos de esta afección de los cultivos que, de ser persistente, puede provocar serios daños en un momento en el que la zafra se encuentra llegando a su ecuador.
Los técnicos recomiendan realizar clareos y permitir la ventilación así como la aplicación de azufre. La aplicación de las tareas culturales se hace indispensable para evitar el retraso en las plantas.
Sin embargo, la lluvia ha producido un cambio espectacular en la fisonomía del paisaje, dejando auténticas postales en barrancos, barranquillos y caideros.
De las consultas realizadas por Agroaldea tanto a la cooperativa, como a las SAT’s y Ayuntamiento, aún no se ha manifestado una demanda de plantación de cultivos en consonancia con la reserva de agua, fundamental en el coste de los insumos de la producción.
Los cultivos que abundan son los de renta complementaria y algunas parcelas extras que se destinan a mercado interior.