Las previsiones apuntan a que será más cálido y con lluvias cortas, pero intensas.
Pasada la primera mitad del mes de noviembre, las temperaturas, más propias del verano tardío que del invierno, no terminan de descender y adecuarse a la estación en la que nos encontramos.
Las lluvias de semanas atrás han dado paso a un veranillo particular, que empieza a marchitar la hierba y a dejar estampas atípicas en esta época del año.
La aparición de la calima, que nos acompañará toda esta semana, se ha sumado a este veranillo, provocando temperaturas superiores a los 25ºC y reduciendo de manera considerable la humedad.
Según algunos meteorólogos, el Archipiélago canario tendrá un invierno con temperaturas más altas de lo habitual y las precipitaciones se concentrarán en menos días y serán más intensas.
Si bien las copiosas precipitaciones de finales de octubre hicieron correr muchos barrancos, en la práctica ninguna de las presas de la isla recogió aporte hídrico que incrementara el volumen del agua embalsada.
El paisaje de las islas cambió radicalmente, mostrando su manto verde y la floración de muchas plantas ‘rastreras’. Sin embargo, la constancia de temperaturas anómalamente altas, está tornando este manto verde al amarillo seco.
Hay quienes auguran que el verdadero invierno “se va a hacer de rogar” y no será hasta el próximo mes de febrero de 2016, cuando regresarán las precipitaciones de manera más intensa y con temperaturas más altas de lo habitual.