EN LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS SE HA PRODUCIDO UNA FUERTE EXPANSIÓN MUNDIAL DE LA EXPLOTACIÓN DE MICROALGAS.

El Instituto Tecnológico de Canarias, ITC, a través del Departamento de Biotecnología, ha obtenido una nueva patente para el uso alimentario de las microalgas. Se trata de una de las primeras patentes sobre la elaboración de nuevos formatos alimentarios a partir de la biomasa obtenida de cultivos intensivos de microalgas. 

Esta patente se desarrolla en el marco del proyecto FAM, cofinanciado por el Programa Nacional de Investigación Aplicada, y supone una nueva apuesta por devolver a las microalgas uno de sus usos, no sólo más tradicional sino con más potencial de desarrollo, que es su utilización en el gran mercado de la alimentación humana.

El responsable del Departamento de Biotecnología del ITC, Héctor Mendoza, destaca que “las microalgas son ya una materia prima ampliamente utilizada en la industria de la parafarmacia y crecientemente en la de los alimentos funcionales”, pero afirma que la industria de los nuevos alimentos “tiene en las algas una prometedora fuente de nuevos productos aún por explorar, en los cuales, el diseño de nuevos formatos alimentarios es un elemento clave en su desarrollo”, y es precisamente en este campo, en el que el ITC ocupa una estratégica posición de vanguardia.

La obtención de la nueva patente, según Mendoza, “da cuenta de la significación y el valor de centros como el ITC, en una región como las Islas, con un pobre tejido tecnológico”, destacando que el ITC, con apenas un 2% de los investigadores de Canarias, “es responsable y titular del 15% de las patentes registradas en el conjunto de centros públicos de I+D+i del Archipiélago”, en sectores tan estratégicos para las Islas como las energías renovables, la desalación de agua de mar, la ingeniería médica, o la biotecnología.

Las microalgas, si bien históricamente se han utilizado en la alimentación humana, formando parte de la dieta de la población azteca en la ciudad Tenochtitlán, tal y como dejaron constancia los historiadores del siglo XVI, su explotación comercial a gran escala, en alimentación humana es aún muy incipiente.

Este hecho se debe, en opinión del responsable del Departamento de Biotecnología del ITC, en gran medida, “a que la producción y explotación de las microalgas es todavía una actividad en expansión”, destacando a este respecto que “aún no hemos dejado de ser unos meros recolectores, siendo la producción o cultivo de microalgas una actividad de reciente desarrollo, con un carácter que la asimila más a las grandes explotaciones industriales en el ámbito de la biotecnología que a la agricultura tradicional”.

No obstante, en los últimos cinco años se ha producido una fuerte expansión mundial de la explotación de la microalgas, esencialmente para la producción de biocombustibles o para su uso medioambiental, y en la fijación de gases de efecto invernadero o la depuración de aguas residuales. En este sentido, Héctor Mendoza resalta que Canarias “ha sido una región de referencia en el desarrollo de esta tecnología, siendo los grupos de investigación en las Islas los que han liderado nuevas propuestas de vanguardia para la explotación de las microalgas”.