Tras los análisis, los especialistas han concluido que, además de mejorar la producción de ciertos cultivos y reducir hasta un 50% el consumo de agua, requieren escasa formación específica por parte del agricultor.
Investigadores del grupo Riego y Ecofisiología de Cultivos del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC) han demostrado los beneficios, en cuanto a rentabilidad, capacidad de ahorro de agua y fiabilidad de los métodos de riego de precisión en plantaciones comerciales.
Los investigadores del IRNAS han analizado las principales características de tres métodos de riego de precisión empleados hoy día en agricultura y basados en sensores que permiten programar el riego de forma automática desde cualquier ordenador o dispositivo móvil.
En el estudio, publicado en la revista Agricultural Water Management, los autores expertos han descrito los beneficios del uso de estos sistemas, que a su vez “emplea la planta como un ‘biosensor’ que suministra información muy útil para la programación del riego, ya que se basa en su propia respuesta a a las condiciones hídricas que hay en la finca en cada momento”, explica el responsable principal del proyecto, José Enrique Fernández, investigador del IRNAS.
Los expertos también han identificado estos métodos como fiables y rentables para su aplicación en grandes fincas. “Tras analizar el precio, las necesidades de instalación y mantenimiento y su complejidad a la hora de interpretar la información registrada por cada uno de ellos, se puede afirmar que se trata de métodos apropiados y accesibles a cualquier usuario para el control del riego en este tipo de plantaciones”, señala Fernández.
Otra de las conclusiones del trabajo es la posibilidad de generar nuevas opciones de riego controlado destinadas a mejorar la producción de los cultivos. “Estos sistemas -dice Fernández- permiten abaratar el riego sin afectar a su productividad y dan lugar, en casos como el olivo o la vid, a un aumento en la calidad tanto del aceite de oliva como del vino, productos que mejoran con el riego moderado o deficitario”.
El equipo ha evaluado parámetros relacionados con el estrés hídrico, como la cantidad de agua que cada árbol consume al día, las variaciones del diámetro de su tronco o el potencial de turgencia en la hoja. En este sentido, el estudio recoge la experiencia de más de un decenio de trabajo en el cultivo y análisis de tres métodos de riego en diferentes especies de árboles frutales, habituales en la provincia de Sevilla, como el olivo, almendro, ciruelo y naranjo.
En el primer método, los expertos cuantificaron la cantidad de agua que los árboles consumían durante el día mediante un conjunto de sensores con forma de aguja que insertaron en el interior del tronco. “Los sensores nos permitieron cuantificar el flujo de savia del cultivo y deducir si el agua disponible era adecuada”, señala el autor.
Con el objetivo de analizar el segundo método de riego emplearon dendrómetros de precisión, es decir, sensores que se unen al exterior del tronco y calculan cuánto disminuye su diámetro ante la falta agua y el incremento cuando el riego es abundante. “En función de los valores de esta variable determinamos el grado de estrés hídrico del árbol y, por tanto, la necesidad que tenía de agua”, sostiene Fernández.
Por último, la evaluación del tercer método, también relacionado con la hidratación del árbol, consistió en analizar el potencial de turgencia en la hoja. Se emplearon sensores de presión muy precisos que, tras unirlos a la superficie de la hoja, permitieron evaluar lo hidratada que estaba y determinar si el árbol se encontraba o no bien regado.
Estos resultados han permitido abrir líneas de trabajo con el objetivo de establecer nuevos protocolos para el riego automático de diferentes tipos de plantaciones, incluyendo fincas grandes y con elevada variabilidad de suelo y cultivo. “Se trata de calcular de forma automática la dosis y frecuencia de riego. Para ello, pretendemos crear una aplicación que use la información procedente de este tipo de métodos para activar la bomba y electroválvulas propias del sistema de riego”, dice el investigador.
En estos momentos el equipo también trabaja en la implantación de sistemas de aviso para agricultores mediante aplicaciones para dispositivos móviles que informen con mensajes sobre la cantidad de agua de riego más apropiada en cada momento del día. Esta información procedería de los registros obtenidos previamente mediante el uso de los diferentes métodos evaluados en el estudio.
Los resultados son fruto de varios proyectos de investigación, entre los que destacan los proyectos Riego deficitario controlado del olivar de alta densidad: programación automática basada en la fisiología de la planta y en la economía de manejo del cultivo y Mejora de la calidad del aceite en el olivar en seto mediante estrategias de riego, financiados por el Ministerio de Economía y Competitividad y la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, respectivamente.