LA ESTRUCTURA DE TRES FANEGADAS NO RESISTIÓ EL EMBATE DE LAS RACHAS DE 90 KM/H.
La tercera gran borrasca de este invierno ha producido notables daños a las estructuras de invernaderos al venir acompañada de fuertes vientos racheados, provocando el desplome de algunos invernaderos y la rotura de mallas.
La zona de La Cardonera ha sido la más afectada donde este invernadero de tres fanegadas sucumbió al embate de las rachas de viento que alcanzaron, en esta zona, los 90Km/h. Tras partir los anclajes de sujeción, la estructura se desplomó como un dominó.
El invernadero se encontraba en plena producción de tomate y contaba con la estructura adpatada a la técnica del descuelgue y el cultivo en lana de roca. Su propietario confía en que tanto el seguro como las ayudas por el temporal, le ayuden a superar este mal trago, pero lamenta haber perdido la producción “justo cuando mejor se encontraba”.
Este ha sido el invernadero que se ha llevado la peor parte. Otros siete han sufrido el corte de mallas y la pérdida de buena parte de las cubiertas.
Los técnicos señalan que la malla empleada para combatir la plaga de la mosca blanca y la Tuta, al ser más tupida, ofrece mayor resistencia al viento, lo que provoca, cuando es tan fuerte, griestas y rotos que acaban desprendiendo buena parte de la misma.
Esta borrasca ha dejado un acumulado de 63,5 litros lo que se ha traducido en una continuación del reboso de las presas que, en la mañana de hoy alcanzaba una altura de 65 cms en la presa de Caidero de la Niña y de 37 cms en la de El Parralillo.
El exceso de humedad está produciendo la aparición de focos de botritis y mildiu en aquellos cultivos que no disponen de una buena aireación. Sin embargo, los precios del tomate en los mercados europeos están marcando un buen desarrollo de zafra.