LAS NUEVAS REGLAS PARA LA AGRICULTURA EN EUROPA CONJURAN LA POLÉMICA.
A expensas de disponer de la traducción al castellano de los más de mil folios de la reforma de la PAC, Ministerio, Comunidades Autónomas y Organizaciones Agrarias ya han manifestado su oposición. ¿Se trata de “café del norte para todos”?
Si bien hemos asistido a los anuncios de oposición a la propuesta de modificación de la PAC, nadie quiere pronunciarse, escudándose en que aún no se han traducido al español los más de mil folios del documento.
La realidad es que evitar la respuesta a la pregunta inicial, es lo único que puede salvar al campo español de una guerra abierta entre regiones y cultivos. Algo que desde el Ministerio de Medio Rural se pretende evitar, y para lo que citó a comunidades autónomas y organizaciones del sector con la intención de cerrar un documento de rechazo, tan sólo cinco días después de ser presentada la reforma por el comisario de Agricultura, el rumano Dacian Ciolos.
La nueva norma fija las ayudas según el terreno cultivado y no la producción. La reforma de la PAC se basa en un principio: café para todos.
Si su negociación entre los estados miembros y, por primera vez, en el Parlamento Europeo no lo remedia, a partir del 1 de enero de 2014 todos los agricultores españoles recibirían la misma cantidad por hectárea cultiven lo que cultiven, dónde lo cultiven y sin importar la cantidad o calidad de lo que produzcan.
En principio, Canarias seguiría disponiendo del POSEI, pero aún queda pendiente la definición de posibles acmbios y criterios a aplicar a la ficha financiera.
El hecho es que todo aquel para el que las ayudas comunitarias supongan al menos un 5% de sus ingresos totales, procedan estos de la actividad agraria o no, podría recibir las subvenciones.
Corresponde a cada país decidir no sólo cuanto, sino quién recibe. Deberá decidir, por ejemplo, si la vid, la almendra, las frutas y hortalizas o los olivares de nueva plantación, que salvo excepciones no recibían ayudas, podrán ahora contar con los fondos europeos. En otras palabras, deberá decidir cuánto reduce la ración de una tarta a repartir entre más, cuando, además, es más pequeña.
Desde la CE se mantiene que el objetivo es igualar a todos los agricultores. Los nuevos estados miembros, como Polonia, Rumanía o Bulgaria, no cuentan con un historial de ayudas que sirva de referencia para aplicar el viejo sistema, así que lo adapta a la nueva realidad basándose sólo en la cantidad de tierra dedicada a la agricultura.
Incluso asegura que, con las correcciones aplicadas para tener en cuenta las diferencias de renta, hay países, como España, que proporcionalmente recibirán más que antes.
El cambio propuesto ha generado críticas en España, pese a ser más rentable. Pero para los agricultores ese es “un planteamiento utópico” que en realidad “desembocará en el abandono de la actividad”, advierten desde la organización UPA.
Román Santalla responsable de Ganadería de esta Organización cree que “no se nos debe escapar que es una propuesta ultraliberalizadora que conviene al norte de Europa y lidera Alemania”. Al contrario que España, con su gran diversidad de sectores agrícolas y ganaderos, “Alemania tiene toda su estructura productiva organizada en pocos cultivos en muchas hectáreas muy productivas, explica. “En Holanda ocurre lo mismo: hectáreas muy productivas con muy poco bosque o ninguno; todo produciendo como un vergel. La ayuda plana por hectárea no les causa ningún problema”.
Ni los supuestamente beneficiados lo tienen claro. Unos cultivos no se parecen a otros, e incluso dentro de cada uno de ellos hay grandes diferencias. Nada tienen que ver las huertas del norte de España con los invernaderos de Almería, de gran productividad en poco espacio, que es lo que contaría para calcular la ayuda. “Hay tanta casuística que, hoy por hoy, no se puede saber a quién perjudicará y a quién beneficiará”, dice el responsable nacional de frutas y hortalizas de Asaja, José Ugarrio.
Desde COAG han manifestado que “si nos dan a escoger, preferiríamos medidas de mercado, que te ofrecen estabilidad y garantía en los precios de los productos. Son preferibles a unas ayudas y tener un mercado sin precios dignos”.
Es en este aspecto donde todos coinciden. Unanimidad que han plasmado en un documento con el que pretenden hacer frente a la estrategia del divide y vencerás de Ciolos, antes que empiece a causar estragos.