La industria de la cooperativa lagunera, construida con apoyo público, ha sido enajenada a la firma Cereales Archipiélago, en la que participa de forma minoritaria la entidad que preside Pedro Molina.
La Sociedad Cooperativa del Campo La Candelaria, entidad vinculada al sector primario local, con sede en La Laguna, cuya presidencia ostenta Pedro Molina, (también titular de Agate, entre otras organizaciones), vendió su fábrica de piensos que compró la sociedad anónima Cereales Archipiélago, mercantil creada en enero de 2014 e inscrita en el registro correspondiente con fecha de 13 de ese mismo mes y año.
El capital social desembolsado para la creación de Cereales Archipiélago ascendió a los 320.000 euros y en dicho registro figura la propia Cooperativa La Candelaria como accionista minoritaria, o sea, sin tener el control (más del 50% de las participaciones) de la nueva empresa creada ex profeso para la compra del reseñado activo industrial y su consiguiente explotación comercial.
La operación mercantil se planteó para evitar la quiebra de La Candelaria, se pagó con un hipotecario de unos cuatro millones y en torno a 2,5 se destinaron a cancelar una deuda de la cooperativa con el prestamista, por lo que solo 1,5 millones de la venta son los que supuestamente llegan a la caja de la cooperativa.
El valor nominal del activo enajenado ha sido ‘la joya de la corona’ de la citada cooperativa (su propiedad más valiosa), es decir, la moderna fábrica de piensos ubicada en la zona de Los Rodeos, muy cerca del Matadero Insular de Tenerife, alcanzó en torno a los cuatro millones de euros.
De los cuatro millones de euros, la entidad financiera se quedó con unos 2,5 que debía la cooperativa, el valor de un pasivo de esta organización que supuestamente ya estaba vencido. Después, el banco traspasó, o está pendiente de hacerlo en su totalidad (que las fuentes consultadas sobre este particular plantean dos opciones), los 1,5 millones restantes a la cuenta bancaria de la Cooperativa La Candelaria.
Según han señalado agentes conocedores de esta operación de enajenación, la entidad ha utilizado esos fondos para pagar a otros tantos acreedores, entre ellos a los cada vez menos ganaderos de la isla (abono preferente) que aún entregan la leche a esa cooperativa para que la procese, casi siempre, en la quesería de Benijos (La Orotava), ya que la fábrica Teisol (Santa Úrsula) se encuentra en fase terminal, casi liquidada y pendiente de nuevo inquilino, si el Cabildo es capaz de conseguirlo.
En estos días, personal de la Cooperativa La Candelaria ha acudido a explotaciones tinerfeñas de bovino para ofrecerse como comprador de leche de vaca cruda al precio de 0,51 euros por litro, para su posterior transformación en queso en la instalación de Benijos.
También se han pagado sueldos atrasados gracias a ese regalo de liquidez. Pese a ello, aún hay una mensualidad pendiente de abono a la plantilla de la citada cooperativa y, según fuentes de los trabajadores, se mantiene el temor a que se active en breve otro expediente de regulación de empleo (ERE).
La autorización para la venta de la fábrica de piensos se presentó en el orden del día de una asamblea de la Sociedad Cooperativa La Candelaria convocada a finales de abril de este año. Esta resultó polémica ya que muchos de los socios manifestaron no haber sido convocados (los más críticos con la gestión de esta organización por parte del equipo del presidente, Pedro Molina).
Estos socios critican que esta operación ha llevado a que la Cooperativa haya perdido el control pleno de tan importante medio de producción, una instalación construida con el apoyo de fondos públicos comunitarios y canarios, más los insulares, al tener una cuota minoritaria en la sociedad anónima Cereales Archipiélago.
Además de la Cooperativa, también forman parte de Cereales Archipiélago personas jurídicas vinculadas a la ganadería local, sobre todo a la producción de huevos de gallina (dos granjas radicadas en el norte) y de carne de vacuno con animales casi siempre importados y luego engordados en explotaciones de Tenerife. El capital social desembolsado se ha utilizado para financiar la compra de insumos, sobre todo millo, para así poner la fábrica a producir piensos con criterios de eficiencia y disponer de liquidez.
Según los socios críticos, parece ser que alguna empresa con acciones en Cereales Archipiélago está vinculada a líderes locales del sector agrario y a cargos públicos de ámbito autonómico.