EN DOS SEMANAS ESTARÁN FINALIZADAS LAS 137 HA QUE SE DESTINAN EN ESTA CAMPAÑA 2012/2013.
Hace dos meses los cooperados de COAGRISÁN comenzaron las plantaciones en invernaderos dando así inicio a la campaña 2012/2013, en la que se espera contar con casi dos millones de tomateros en producción.
Sin embargo, este inicio no ha estado exento de complicaciones. Como no podía ser de otro modo, las plagas que acechan los cultivos, han condicionado el crecimiento y desarrollo de las plantas hasta el punto de causar serios daños en algunas plantaciones.
En esta ocasión, el virus responsable de las incidencias es el conocido como bronceado del tomate, TSWV (Tomato Spotted Wilt Virus) perteneciente a los tospovirus. Su transmisión se produce a través de diferentes familias de trips que han sido previamente infectados durante las fases larvarias.
El daño del TSWV en las plantas consiste en la excavación de galerías en el interior de las que se caracterizan por los bordes de color bronce, seguido de manchas oscuras. A medida que la infección progresa, se producen síntomas adicionales que incluyen rayas oscuras en el tallo principal y marchitamiento de la parte superior de la planta.
La infección del virus, además del característico manchado, provoca el marchitamiento de la planta, la reducción de la producción vegetal y, eventualmente, la muerte. Ya que no hay curas antivirales efectivas, la única prescripción para las plantas infectadas es su retirada y destrucción con el fin de prevenir la propagación de la enfermedad.
El TSWV es frecuente en climas cálidos y en regiones con una alta población de trips. Este virus ya es una plaga agrícola en Asia, América, Europa y África. En los últimos 15 años, los brotes de enfermedad de la marchitez y manchado del tomate se han vuelto más frecuentes en estas regiones. Por lo tanto TSWV es descrito como una enfermedad emergente viral de plantas.
Según los técnicos de COAGRISÁN las poblaciones de trips no han sido extremadamente altas, pero sí destacan la virulencia del TSWV que transmiten a las plantas cuyo daño han tasado en un 10%. La pronta detección y rápida actuación ha permitido controlar su expansión.
Los técnicos tienen muy claro las claves de su origen al que ya tienen conceptualizado como “las plagas cíclicas”. Lo describen de la siguiente manera: las plagas, insectos y virus, desde hace décadas conviven con nosotros. Sin embargo, cada año se dan unas determinadas condiciones que son las adecuadas para incrementar su proliferación. De ahí el ciclo, en el que el clima es la clave más importante.
La plaga preponderante a esas condiciones desplaza al resto, tornándose en más virulenta llegando incluso a atacar a cultivos a los que, normalmente, no suelen afectar estas plagas. Así, en el caso del trip, en esta ocasión los técnicos han detectado daños en judías, habichuelas, puerros, naranjeros…
A esto se han venido a sumar las altas temperaturas del verano que han provocado en la planta el estrés térmico y ésta no se encuentre en óptimas condiciones para defenderse del ataque de las plagas y/o enfermedades. Los técnicos indican que otro de los factores que ha influido son los cultivos reservorios de estas plagas y enfermedades que no aplican ningún control, ni cumplen con la normativa alguna, usando irracionalmente los fitosanitarios y no realizando barbechos.
Salvo esta incidencia para la que se aplica un protocolo exhaustivo, la campaña se desarrolla con normalidad, previendo que los primeros tomates comiencen a empaquetarse en la primera o segunda semana de octubre.