EN INVERNADEROS DE TASARTE, EL HOYO Y EL PINILLO SE REGISTRARON TEMPERATURAS ENTRE LOS 45ºC Y LOS 48ºC.

Preocupación en el sector de tomate de exportación de La Aldea por el daño que está suponiendo para la fruta el efecto de la calima, las altas temperaturas y la escasa humedad que están provocando numerosos problemas en los cultivos y en las explotaciones ganaderas.

El equipo técnico de la cooperativa COAGRISÁN, continúa evaluando los estragos que está causando la masa de aire tórrido africano en los cultivos de tomate, pero adelantan que los estropicios que ha producido en algunos invernaderos de la parte alta del valle, obligan a dar parte a Agroseguros.

En concreto, los técnicos se refieren a las zonas de Tasarte, El Pinillo y El Hoyo – Granillar, donde se llegaron a registrar temperatuiras en el interior de los invernaderos que oscilaban entre los 45ºC y los 48ºC. En el exterior la temperatura solo disminuía en 4ºC, oscilando entre los 40,1ºC y los 44ºC.

La nula humedad del aire, que alcanzó valores por debajo del 27%, y la pantalla de la calima incidieron y desencadenaron la deshidratación de los cultivos en general, pérdida de flores, quemaduras en la fruta, decoloración, pérdida de consistencia y maduración forzada.

Los técnicos afirman que el grueso de los efectos se verán en cuatro o cinco días. No obstante, no se muestran optimistas, en tanto en cuanto las previsiones aseguran que la masa de aire africano no remitirá hasta el próximo jueves.

Las medidas que se han tomado de manera inmediata, además de rehidratar los cultivos, consisten en aminorar los efectos empleando los elementos que las actuales infraestructuras permiten.

La campaña de la fruta de verano se verá muy afectada, ya que las primeras observaciones denotan graves quemaduras en la fruta en formación, brotes chamuscados y grave deshidratación que afecta a las hojas.

No es menos grave la situación que presentan las explotaciones ganaderas por lo que está suponiendo un gran estrés para los animales que se manifiesta en un descenso de la producción, preferentemente, de leche y huevos.

Las altas temperaturas han provocado la muerte de gallinas y conejos, si bien éste número no supera las tres decenas según información de los propietarios de las granjas.

Algunos ganaderos manifestaron a este medio que en el día de ayer no pudieron ordeñar sus ganados porque no habían producido leche alguna desde que comenzó a afectar la subida de las temperaturas.

La preocupación es generalizada ante una climatología que poco permite hacer para paliar los efectos a tan largo plazo.