El cogollero del millo se ha convertido en plaga en Africa, donde en menos de un año se ha extendido por doce países.
La plaga que está asolando los cultivos y plantaciones del centro de Africa llegó a Nigeria en enero de 2016, y los expertos consideran probable su salto al sur de Europa.
Se trata de una oruga de cinco centímetros, endémica del continente americano de las zonas tropicales. Fue en enero de 2016 cuando se detectó el cogollero del maíz (‘Spodoptera frugiperda’) en Nigeria arrasando campos de millo, mijo y sorgo.
Un año después se ha extendido a doce países, siete de ellos en los últimos dos meses. Las pérdidas ascienden a 290.000 hectáreas de cultivo sólo en Zambia, Malaui, Namibia y Zimbaue. La amenaza, que se acerca al sur de Europa, ha obligado a la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) a organizar una reunión de emergencia para organizar la defensa contra la larva de esta polilla.
El cogollero del maíz es nativo de América, donde provoca pérdidas cuantiosas: la FAO calcula que Brasil gasta al año unos 565 millones de euros para controlar la oruga. En África, su presencia supone una nueva y costosa amenaza para la seguridad alimentaria de la región: “Estamos muy preocupados por la aparición, intensidad y propagación de la plaga”, afirmaba el coordinador subregional de la FAO para África del Sur, David Phiri, durante la reunión de tres días que tuvo lugar este mes en Harare (Zimbaue).
Zimbaue es uno de los países más amenazados con 130.000 hectáreas afectadas —una décima parte del maíz plantado— cuyo control ya ha costado más de 1,8 millones de euros. Por detrás están Zambia (90.000 hectáreas), Namibia (50.000 hectáreas) y Malaui (17.000 hectáreas). El principal problema es la falta de capacidad técnica por parte de muchos Gobiernos africanos para controlar la expansión de la plaga. Para complicar más la situación, el continente ya cuenta con su propia especie de esta plaga, el cogollero africano (‘Spodoptera exempta’), que se alimenta de las hojas del maíz.
La FAO entiende que un contraataque rápido es fundamental. Por eso ha comenzado a colocar trampas con feromonas para atrapar al insecto y monitorizar su difusión. Asimismo, ha empezado a coordinar acciones para mejorar las preparación de los países de la región, infectados o no, de cara a combatir el cogollero.
El, zoólogo de la Universidad del Noroeste de Potchefstroom (Sudáfrica), Johnnie van den Berg, explica que lo peor es que el cogollero se alimenta con ferocidad de las hojas del millo, pero también estropea la mazorca, por lo que los daños son todavía mayores.
El cogollero del maíz no puede sobrevivir a temperaturas bajo cero, pero eso no supondría un problema a la hora de colonizar países como España. “Es probable que se expanda desde su posición actual a lo largo del África subsahariana bastante rápido. Desde ahí sólo hay un salto hasta el sur de Europa”, asegura el investigador de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) Ken Wilson en la revista ‘Nature’.
Van der Berg también considera probable esta opción, si tenemos en cuenta que “la plaga posiblemente viajó desde América a África a través del aire”. El experto considera que, ya que la oruga puede alimentarse de más de un centenar de especies de planta, no sería de extrañar que logre establecerse en la parte sur de Europa. En su opinión, el cambio climático y el aumento en el comercio global puede favorecer la expansión y conquista de esta diminuta pero dañina larva.