LA PLAGA ESTÁ EXTENDIDA POR TODA LA ISLA DESDE HACE DOS AÑOS.

Desde el año 2007, la plaga de Tuta absoluta ha invadido toda la isla de Ibiza, aunque sus peores efectos se han detectado durante este 2009, año especialmente marcado por la crisis en el que los resultados económicos de los productores son desastrosos.

El técnico de la empresa Tragsa, coordinador de las campañas de sanidad vegetal, Juan Argente, afirma que la polilla del tomate ya no es la mayor preocupación de los productores, sino los bajos precios que prevalecen en el sector de las hortalizas, que no permiten cubrir los costes de producción y han desmotivado a muchos agricultores que han optado por abandonar sus cultivos.

Argente presentó el resultado de las campañas contra las tres principales plagas que atacn los cultivos de la isla, entre las que destacan, la Tuta, el picudo rojo y la mosca de la fruta.

El técnico señaló que en 2007, cuando se inició la campaña contra la Tuta, lo primero que hicieron los técnicos de Tragsa fue colocar una red de trampas de información situadas en los sitios más dispares de la isla.

El año pasado se llevó a cabo la campaña contra la Tuta y aquelos que la hicieron resgistraron pérdidas de entre el 5 y el 10 por ciento, pero Argente asegura que por parte de muchos profesionales hubo una sobreutilización de las materias activas, lo qe se tradujo en una resistencia de la plaga.

El Consell, las cooperativas y las asociaciones de defensa vegetal propusieron un cambio de estrategia para conseguir una mayor efectividad de la lucha. SE basaba en la creación de una empresa que realizaría tratamientos semanales a base de un producto que eliminaría la larva de la Tuta.

Se habría completado la lucha con otros dos tratamientos mensuales por parte del agricultor. Pero esta empresa no se llegó a crear y en 2009 se han vuelto a emplear los mismos productos sobreutilizados la campaña anterior. Un tratamiento erróneo, seghún el técnico, ya que consigue una menor efectividad.

Cuando se emplea una dosis mayor de la recomendada del producto, la polilla se vuelve resistente y el tratamiento deja de ser efectivo. A este problema hay que añadir que las altas temperaturas y los bajos precios, han provocado que muchos agricultores, para reducir pérdidas, optasen por emplear plaguicidas más baratos, lo que se ha traducido en un aumento de ácaros y mayores daños en las cosechas.

Las siguientes actuaciones siguen siendo una incógnita según el técnico, aunque la situación bien puede servir para la reflexión en Canarias, donde los daños de la Tuta se encuentran en su primera fase y de tomar buena nota se podría lograr una situación bien diferente a la de Ibiza.