La polinización de las abejas no sólo se traduce en una mayor cantidad de frutas, bayas o semillas, sino que también puede mejorar la calidad de los productos.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha realizado una investigación que demuestra la importancia de esta polinización y los efectos directos en la calidad de frutas y hortalizas.
La FAO indica que alrededor del 84 por ciento de los cultivos para el consumo humano necesitan a las abejas o a otros insectos para polinizarlos y aumentar su rendimiento y calidad. La polinización de las abejas no sólo se traduce en una mayor cantidad de frutas, bayas o semillas, sino que también puede mejorar la calidad de los productos.
En el pasado, la polinización era obra de la naturaleza y no suponía coste alguno para las comunidades humanas. Como los campos de cultivo han crecido en tamaño y la utilización de productos químicos agrícolas ha aumentado, los datos recopilados en numerosos lugares demuestran que la población de polinizadores está disminuyendo, afirman desde la FAO.
Los investigadores alertan sobre el efecto que podrá tener a medio plazo la reducción de las colonias de abejas y abejorros, lo que supondría un descenso de la producción agrícola mundial.