Se llama Foodini y es una impresora 3D doméstica que, usando ingredientes frescos en forma de puré, produce comida casera de una forma original y saludable.
Muchos medios califican la irrupción de las impresoras 3D como “la nueva revolución industrial”. Puede sonar exagerado, pero visto la cantidad de sectores donde empiezan a implementarse quizás haya que empezar a tenerlas muy presentes en nuestras vidas.
Una impresora 3D es una máquina capaz de realizar “impresiones” de diseños en tres dimensiones, creando piezas o maquetas volumétricas a partir de un diseño hecho por ordenador.
Surgen con la idea de convertir archivos de 2D en prototipos reales o 3D. Comúnmente se ha utilizado en la matricería o la prefabricación de piezas o componentes, en sectores como la arquitectura y el diseño industrial.
Pronto llegarán al sector doméstico y, aunque su uso fundamental es la replicación de piezas, hay una compañía española que ha decidido usar esta tecnología para “imprimir comida”.
Natural Machines es una Start-up española con sede en Barcelona que pretende combinar alimentos con tecnología y arte en una impresora 3D, la cual, usando ingredientes frescos en forma de puré, produce comida casera de una forma original y saludable.
De momento Foodini, que así se llama esta impresora 3D, está en fase de desarrollo, y aunque la intención de usar la plataforma Kickstarter para su financiación no llegó a su objetivo, el proyecto sigue en marcha.
¿En qué consiste Foodini?
La idea es usar cinco capsulas o contenedores de alimentos, que mediante su superposición en capas, generen atractivos platos. El espesor mínimo de dichas capas es de 1,5mm.
Los alimentos por supuesto, deben poderse triturar: masas, purés de patatas o de verduras, carne picada, etc…. eso forma parte de la imaginación de cada cual.
Aunque Natural Machines está en conversaciones con fabricantes minoristas para que proporcionen las cápsulas ya elaboradas, la idea es que nosotros en nuestra casa, podamos incorporar nuestros propios ingredientes a Foodini. Eso sí, no olvidemos que licuados o en forma de puré.
Entre algunos ejemplos de alimentos que ya se han impreso figuran: Pastas (ravioles, ñoquis, espaguetis,…); hamburguesas (verduras y carne); Nuggets de pollo (o nuggets de garbanzo como una alternativa vegetariana); Quiche;
Pizza; Patatas fritas; Galletas; Bizcochos; Chocolate, etc.
Otra funcionalidad incorporada es la de su uso como escáner 3D, con el cual replicar objetos existentes, (en chocolate por ejemplo), o usarla para decorar comida ya hecha.
Por otra parte resaltar que su diseño es excelente, como se puede apreciar en las imágenes, muy alejado de la informática e ideal para ser incluido en una cocina moderna.
Según el presidente ejecutivo de Natural Machines, Emilio Sepúlveda, el precio de Foodini rondará los 1000 euros, y aunque opinamos que a esta tecnología le queda todavía algún tiempo de desarrollo para asentarse en el ámbito domestico, en principio puede ser muy adecuada para entornos como restaurantes que deseen sorprender a sus clientes con platos diferentes y originales.
Esto además permitirá que los chefs den rienda suelta a su creatividad y permitan crear recetas y usos, que en un futuro puedan migrar a las cocinas de nuestras casas.
De lo que no cabe duda, es que este tipo de tecnologías viene para quedarse y aunque ahora mismo son pequeñas empresas con grandes ideas las que luchan por abrirse un hueco, tarde o temprano alguna multinacional de alimentación o del electrodoméstico las popularizará y acabaremos pasando por el aro, aunque el crédito y el esfuerzo corran a cargo de emprendedores como Natural Machines y su impresora 3D Foodini.