PARTICIPAN 1.620 EMPRESAS AGRÍCOLAS DE 59 PAÍSES EN LO QUE ES EL MAYOR ACONTECIMIENTO SECTORIAL PARA CONSUMIDORES DEL
MUNDO.
La ‘Grüne Woche’, Semana Verde, que abrió sus puertas el pasado viernes, celebra este año su 77 edición en la que espera recibir a unos 400.000 visitantes, de los que 100.000 serán especializados, y a unos 75 ministros de Agricultura hasta el próximo 29 de enero.
El encuentro comercial, que ocupa 115.000 metros cuadrados del recinto ferial de la capital alemana, acogió este primer fin de semana un público ávido de jubilados que, pertrechados con mochilas, botellines de agua, zapatillas cómodas y cámaras de fotos, fueron al encuentro y la “caza” de las promociones y degustaciones de la feria.
El director gerente de la Feria de Berlín, Christian Göke, destacó en la presentación de la “Semana Verde” la “diversidad” de la muestra, que combina “un mundo de experiencias para el público” no especializado con “un espacio de discusión” para los profesionales del sector.
La organización de la “Semana Verde” estima que el 75 por ciento de las más de 400.000 personas que van a visitar este año la feria, son público no especializado que le dedican a la muestra una buena cantidad de tiempo, además de los doce euros que cuesta la entrada normal.
Un total de 29 países cuentan con pabellón nacional en la muestra y a través de los puestos de diversas empresas exportadoras están presentes también en la feria Argentina, Perú y España. El país invitado de esta edición es Rumanía, que participa en la “Semana Verde” berlinesa desde el año 1973, en la que debutan con pabellón nacional Gabón, Liechtenstein y Pakistán.
De forma paralela a la feria comercial, se están celebrando en Berlín cerca de 300 seminarios, reuniones, conferencias y mesas redondas, entre las que destaca la cuarta edición del Foro Global sobre la Alimentación y la Agricultura (GFFA), cuyo lema este año es “Seguridad alimentaria mediante crecimiento sostenible – Aprovechamiento agrario con recursos escasos”.
Los encargados de inaugurar la feria fueron la ministra de Agricultura de Alemania, Ilse Aigner y el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit. La ministra, en el discurso inaugural, recordó la lucha contra el hambre en los países en desarrollo como ‘tema central’ e invitó a no desechar la comida.
En su alocución, Aigner abogó por la defensa de los animales y pidió el respeto del ambiente en el marco de la agricultura. Su discurso tuvo lugar en el marco de un debate bastante acalorado acerca de la utilización de antibióticos en las granjas donde se crían animales para el sector alimentario con procesos industrializados.
La ministra dijo que su imagen modelo es la de ‘una economía ecológicamente sostenible, económicamente competitiva, socialmente responsable y que respete los recursos’.Con el fin de llevar a cabo esta tarea, presentó el contenido de una ‘Carta para Agricultura y Consumidores’ que fue elaborada en un esfuerzo conjunto del sector y las asociaciones ambientalistas.
Como salidos del manual del perfecto turista, miles de alemanes retirados pasearon de stand en stand disfrutando por igual de la carne curada de bisonte canadiense, los camarones tailandeses en salsa agridulce, las mandarinas ‘kinnows’ de Pakistán y los vinos argentinos.
Los pabellones dedicados a la agricultura ecológica son los que más expectación están generando, en clara alusión a una sociedad concienzada y preocupada por la calidad de los alimentos que ingieren. Los visistantes observan y escuchan con atención, comen, beben y tocan, comentan entre ellos y, en muchas ocasiones para alegría de organizadores y expositores, también compran.
Según las cifras de la organización, en las últimas dos ediciones, el visitante medio se dejó 106 y 110 euros, respectivamente, lo que supuso unas ventas agregadas para los expositores durante los diez días de la muestra de 42 y 45 millones de euros.