La escasez de lluvias en mayo y junio amenaza la producción de aceite de oliva, que algunos expertos cifran que será hasta un 40% menor. La mala cosecha de la aceituna anticipa una fuerte subida del precio del aceite en 2015.
Para la próxima campaña se acabó el aceite de oliva barato, al menos por ahora. La falta de lluvias que ha sufrido el sur de España amenaza a la producción de aceite de oliva. Las previsiones para este año son muy pesimistas debido a la sequía, pero también al agotamiento de los árboles por la extraordinaria producción de la campaña anterior.
El papel de primer productor internacional hace que el impacto de una mala campaña en España haga subir los precios en todo el mundo y ya se descuenta este fenómeno a nivel internacional.
En la campaña 2013-2014, la producción de aceite de oliva ascendió a 1,77 millones de toneladas, (un 41% superior a la media de las cuatro últimas), lo que supuso un récord de producción.
Esto se tradujo en dos factores muy importantes: por un lado, unos precios muy asequibles en el litro de aceite de oliva y por otro, en una fuerte subida del empleo en el último trimestre de 2013 para recoger esa ingente cantidad de aceituna que ya no se verá en este ejercicio.
Sin embargo, según David Erice, técnico de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), este año 2014, “ni los más optimistas cuentan con que la producción sea de un millón de toneladas. Se darán seguramente datos muy parecidos a los de 2012, cuando se produjeron al rededor de 700.000 toneladas”, apunta.
La causa de la bajada de la producción no se debe en exclusiva a la sequía. “El árbol está bastante agotado de la anterior campaña, en la que la producción fue récord”, recuerda Erice. Gregorio Sánchez, responsable del sector oleícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) coincide con Erice en que la campaña de este año va a ser complicada debido a la sequía.
Desde Asoliva (la patronal de exportadores de aceite de oliva) señalan que, gracias a las reservas, la producción será suficiente para cubrir la demanda, aunque es difícil hacer una previsión. No obstante, The Wall Street Journal aseguraba esta semana que la producción del aceite de oliva en España podría descender hasta un 40% respecto a 2013, según las previsiones de las agencias internacionales.
Esta situación recuerda a lo ocurrido en 2012, cuando otra escasez de lluvias de similares características puso en jaque a la producción de aceite de oliva. En aquel momento, la mala cosecha (en la que se recogieron 618.200 toneladas) se tradujo en fuertes subidas de precio.
En junio de 2013 el precio del aceite llegó a ser un 24% más alto que el del año anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, recogidos para el IPC. En este índice, que mide la variación de los precios de los productos más consumidos por los españoles, los aceites y grasas tienen un gran peso.
En concreto, su ponderación es de 5,982 sobre 100, superior a la de la papa, el café, el azúcar y la carne de ovino, entre otros por lo que una fuerte alteración repercute en toda la subida de la cesta de la compra.
La organización agraria Apag Extremadura-Asaja prevé que la producción durante la campaña extremeña de aceituna de este año será un 80% inferior a la de 2013 y que se verán unos niveles “bajos”, nunca vistos en los últimos 30 años.
La campaña será “malísima, catastrófica” en producción, según ha comentado a Efe el vicepresidente de la organización agraria, Félix Corbacho, pues el sector cree que no se llegará al millón de toneladas de aceitunas.
Desde el sector se plantea el temor que ante el mayor precio se apueste por el aceite de girasol. Por este motivo, Corbacho teme que el consumidor, ante precios altos del aceite de oliva, se decante por el de girasol o de semilla y haga perder de esta forma “clientes” al sector.
Félix Corbacho considera que la situación generada en esta campaña demuestra la “idoneidad” de la petición realizada el año pasado de disponer de depósitos que sirvieran para guardar el aceite durante temporadas de buena producción.
El año pasado se logró una campaña “excelente”, por lo que estos depósitos habrían venido “muy bien” para tener aceite almacenado, que además habría servido para mejorar la situación de precios “tan bajos” de 2013.
Corbacho insiste en la “necesidad” de que se creen unos contratos “homologados” en la agricultura y la ganadería, que permitan un nivel de precios “mínimo” para, al menos, cubrir los costes de producción y explotación.
También ha pedido “un seguro en condiciones”, como existe en países como Suecia u Holanda, donde el agricultor tenga asegurado al menos un 80% de su explotación ante situaciones adversas imprevistas.