La plaga acaba con las plantas y dispara la escasez y las redes sociales estallan contra la ‘Tomatina’ de Buñol.
Una plaga que llegó a Africa desde España, la Tuta absoluta, está arrasando con las plantaciones de tomates en más de 15 países del continente africano y ha provocado que se disparen los precios de esta hortaliza, crucial en la dieta de millones de personas.
La plaga llegó en 2008 y el pasado año estaba ya cerca del Ecuador, en Nigeria donde más tomates sea producen. Allí, el gobierno de la región ha tenido que decretar el estado de emergencia y Aliko Dangote, el hombre más rico de todo el continente, se ha visto obligado a parar la producción de su gigantesca planta de procesamiento por falta de materia prima.
De acuerdo con los datos del International Trade Center de Ginebra, el continente africano exportó tomates por valor de 800 millones de dólares en 2015, una cantidad cercana al 10% del mercado mundial, pero que está muy lejos del volumen del autoconsumo en algunos de los países con mayores problemas para alimentar a sus habitantes: unos 7.000 millones de dólares anuales.
En Sudáfrica todavía no se han detectado los efectos de las orugas de la polilla, que se alimentan del interior del valioso fruto de la planta pero también de sus hojas y sus brotes, hasta matarla.
La Tuta es especialmente dañina porque, además, es capaz de desarrollar resistencia a casi cualquier pesticida en apenas una temporada, gracias a su rápido ciclo de reproducción: 12 generaciones al año, con unos 260 huevos por polilla en cada puesta.
Para colmo, la Tuta absoluta no sólo se alimenta de tomates, sino que también acaba con las patatas, los pimientos e incluso la hoja de tabaco.
De momento, los agricultores de medio continente se han lanzado a rociar con más pesticidas y más agresivos, para intentar contener un avance que es de todas formas imparable.
El problema es que los productos que tienen a su disposición normalmente están prohíbidos en los países desarrollados por sus graves consecuencias sobre la salud: incrementan el riesgo de cáncer y de daños al sistema nervioso de los consumidores, según advierte el director de control de plagas del Virginia Polytechnic Institute, Rangaswamy Muniappan.
Esta situación provocó la indignación en las redes sociales de Nigeria contra la “tomatina” de Buñol, de la que se hicieron eco el Washington Post y la BBC.
El periodista Adam Taylor recoge como las fotos de La Tomatina, en donde se emplean 100 toneladas de tomates, son protagonistas de denuncias y quejas entre los nigerianos por considerarla un desperdicio, cuando en su país viven una emergencia por la escasez de tomates.
The Washington Post apunta que “en los últimos días muchas cuentas en redes sociales de Nigeria han estado colgando y comentando fotos de La Tomatina, de Buñol. Recuerda que se trata de una fiesta en las que unas 20.000 personas se enzarzan en una enorme batalla a tomatazos por las calles y en la que se estima que se gastan 100 toneladas de tomates. Pero señala que aunque La Tomatina busca la diversión, en Nigeria ha provocado todo lo contrario: una ola de mensajes de indignación por considerar que es un desperdicio de tomates”.
El artículo explica que el país africano sufre una escasez de tomates a causa de una polilla que arrasa los cultivos y ha afectado al 80% de la cosecha en algunas zonas. Esta “emergencia de tomates” ha hecho que el kilo pase de costar 1,20 dólares a 40 dólares.
La BBC explica que España se ha visto arrastrada en la emergencia tomatera de Nigeria y recoge la reacción del alcalde de Buñol.
Explica cómo la escasez de tomates en Nigeria ha provocado críticas hacia La Tomatina por considerar esta fiesta española un “desperdidicio”. Pero destaca la reacción del alcalde de Buñol que apunta que el problema con los tomates en Nigeria es demasiado grande como para culpar a un pequeño pueblo y existiría aunque no se celebrase la fiesta. Añade que estaría dispuesto a ayudar a Nigeria, aunque advierte que la mayoría de los tomates que se usan en la batalla están pasados.