La decisión fue adoptada porque “permiten la construcción de comunidades a través de intereses y valores compartidos, creando soluciones innovadoras a los problemas sociales, generando empleo y ayudando a las personas a construir proyectos”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Culta (United Nations Educational Scientific and Cultural Organization-UNESCO) ha incluido a las cooperativas en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La decisión fue adoptada por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrado en la ciudad de Addis Abeba en (Etiopía).
La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial es el instrumento jurídico internacional que desde 1992 trata de dar respuesta a las posibles amenazas sobre el patrimonio derivados de los procesos de globalización y de las transformaciones sociales que continuamente estamos viviendo.
La importancia de este reconocimiento, patrimonio cultural inmaterial, no estriba en la manifestación cultural en sí, sino en el valor social y económico de esta transmisión de conocimientos que es pertinente para los grupos sociales, tanto minoritarios como mayoritarios de un Estado, y reviste la misma importancia para los países en desarrollo que para los países desarrollados. El patrimonio cultural inmaterial es importante porque nos infunde un sentimiento de identidad y pertenencia vinculando nuestro pasado con nuestro futuro a través del presente.
La UNESCO reconoce de esta forma la aportación mundial y transformadora del movimiento cooperativo en su conjunto y describe a las cooperativas como entidades que “permiten la construcción de comunidades a través de intereses y valores compartidos, creando soluciones innovadoras a los problemas sociales, generando empleo y ayudando a las personas a construir proyectos”.
Desde ahora el movimiento cooperativo forma parte, de manera oficial, del patrimonio mundial común, lo que debe traducirse en una mayor protección y salvaguarda, por parte de gobiernos y agencias mundiales, de las cooperativas y las organizaciones que velan por su continuidad.