Tras la decisión de Marruecos de suspender oficialmente sus relaciones con la UE, ésta anuncia que mantendrá contactos con las autoridades alauítas los próximos días.
La decisión de Marruecos se debe al descontento con la sentencia de los jueces comunitarios contra el acuerdo agrícola bilateral, que cuestionó la soberanía de Rabat sobre el Sahara Occidental.
Fue el pasado 10 de diciembre cuando el Tribunal de Justicia de la UE anuló el acuerdo comercial de productos agrícolas y pesqueros firmado en 2012. Los jueces fallaron contra el convenio por incluir en sus términos el Sáhara Occidental, cuando es un territorio cuya soberanía no está reconocida internacionalmente.
Aunque la sentencia fue recurrida, incluso por el Consejo de Ministros de la UE (representantes de los Gobiernos de los 28 países), Marruecos ha expresado su “decepción ante la gestión opaca que ciertos servicios de la Unión han hecho de esta cuestión”, señala la declaración del país magrebí, en la que anunciaba su congelación de las relaciones.
Además, Rabat ha criticado a las “altas autoridades europeas” por haber mostrado en un primer momento una actitud “prometedora”, para pasar después a “una actitud desleal que hace caso omiso del debido respeto entre socios”.
Marruecos es el primer beneficiario de la ayuda financiera de la llamada política europea de vecindad, con 200 millones de euros anuales, tiene un “estatuto avanzado” dentro de su acuerdo de asociación y negocia actualmente un ambicioso tratado “de libre cambio completo y profundo”.
Pero además, es calificado con frecuencia de “socio ineludible” de la UE y de sus países por separado en dos de las materias más sensibles de estos últimos años: la lucha contra el yihadismo y el control de las fronteras exteriores (concretamente las españolas) de la Unión.
La UE ha asegurado que evaluará las implicaciones de la decisión marroquí, si bien ha expresado su deseo de restablecer cuando antes los lazos y la cooperación.
La portavoz del Servicio de Acción Exterior de la UE, Catherine Ray, defendió la actitud adoptada por la UE frente a esta sentencia, ya que ha “reaccionado rápidamente” con un recurso que se presentó este mes por “unanimidad” de los Estados miembros contra fallo del Tribunal comunitario.
El alto tribunal de Luxemburgo anuló parcialmente el acuerdo comercial de productos agrícolas y pesqueros entre los Veintiocho y Marruecos únicamente en los aspectos que afectan al Sahara occidental, al opinar que la UE no verificó si la explotación de los recursos tenía un impacto sobre la población de ese territorio.
Bruselas considera que tras la sentencia ha habido “numerosos contactos a todos los niveles” entre la UE y Marruecos, y Rabat estuvo “plenamente informado a lo largo del proceso”, dentro de lo que podía hacer la Unión teniendo en cuenta ciertas limitaciones jurídicas.
En este espíritu, Ray, portavoz de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, señaló que la “UE permanecerá en contacto con las autoridades marroquíes en los próximos días”.