Vilaflor, en Tenerife, es el punto de la comarca de Abona que produce la mayor cantidad de vino puramente ecológico.
En el municipio de Vilaflor de Chasna, a 1.620 metros sobre el nivel del mar, se cultivan viñedos de manera ecológica. La variedad de uva que se vendimia en estas latitudes es la listán blanca que, por sus características, se ha adaptado perfectamente a las condiciones climatológicas de estos parajes.
Los trabajos de mantenimiento de los viñedos se realizan totalmente a mano por la abrupta orografía, y el esfuerzo titánico lo realizan los cargadores en la época de vendimia. Con cajas cargadas a hombros y llenas de racimos sortean piedras y cuantos obstáculos se encuentran en su inclinado camino, ascendiendo por veredas y, en ocasiones, campo a través, barranco arriba.
Entre la peonada hay especialistas en vendimiar y en cargar. Los cargadores -siempre hombres- son los encargados de transportar cerca de 9.000 kilos de uva hasta la bodega. Ahí es donde se convertirán en vino blanco, afrutado. Típico de esta comarca que se encuadra en la denominación de origen Abona.
Es la vendimia más singular de cuantas tienen lugar en la comarca de Abona, donde Vilaflor representa el reducto de la producción ecológica más importante y de más prestigio. De hecho, el caldo que se obtiene de la producción de la zona es uno de las que más demanda registra.
La reconversión varietal realizada a finales de los años noventa fue un proceso fundamental en este logro.