ANTE LAS DECLARACIONES INFUNDADAS DEL REGIDOR EN UN PERIÓDICO, LAS MUJERES LE SOLICITARON UNA REUNIÓN PARA QUE ACLARASE LAS MISMAS.
Las mujeres de La Aldea que realizaron una huelga de hambre para reclamar al Gobierno de Canarias, entre otros, el pago de las ayudas atrasadas, solicitaron al alcalde de La Aldea una entrevista para que les aclarase por qué las había acusado de haber sido manipuladas.
El alcalde, que acudió a la reunión acompañado por el resto de concejales del grupo de gobierno, les reconoció que él no había hecho tales afirmaciones al periódico y que esto se debía a una “mala interpretación” del periodista. Al hilo de lo expuesto, el regidor les manifestó que no se sentía en la obligación de desmentir las declaraciones públicamente, ya que no era responsable de las mismas.
A esta respuesta, y por la ofensa y el ultraje que causaron las declaraciones, las mujeres le dijeron no entender, menos aún, cómo entonces no acudió al medio o al periodista para desdecir el bulo y tuvieron que ser ellas las que le pidieran explicaciones.
Por su parte, los portavoces de coalición canaria y partido popular en el ayuntamiento les reconocieron haber tenido la misma percepción que el alcalde, ya que la información que les había llegado venía en esa misma línea.
Laura Martín, aprovechando la presencia de la concejala de Asuntos Sociales, les respondió no entender a qué información se referían, ya que la citada concejala acudió algunos días al lugar de la protesta y les debió transmitir lo que allí sucedía: “una reivindicación legítima por la dignidad de siete mujeres de La Aldea y por el futuro del sector del tomate y del municipio, nada más”. Lo que ratificó en la reunión la propia concejala.
El alcalde les reveló haber estado informado en todo momento, incluso de cuándo se firmaría el acuerdo con el consejero y de su contenido. Ante la muestra del acopio de información, las mujeres le preguntaron en qué se basa para argumentar que “casi la mitad de los 1.100 trabajadores que hay en la agricultura ahora es mano de obra extranjera”, ya que la cooperativa tiene 262 trabajadores extranjeros y la otra empresa solamente ocho.
Fayna Ramírez le recordó que este 25 % (270 extranjeros), lejos de suponer el “casi la mitad” que dice, son una parte de los extranjeros que vinieron a salvar el probable abandono del sector, cuando nadie quería trabajar en él, en el año 2004; hoy ciudadanos europeos de pleno derecho y que decidieron crear familias en La Aldea.
Las mujeres le trasladaron a los presentes, incluido el alcalde que, pese a quien le pese, es rotundamente falso que los empresarios del tomate se hayan aprovechado de su protesta. Este ha sido un acto de valentía desde la desesperación y la humildad de siete mujeres indignadas que no buscamos ni fama, ni reconocimiento y mucho menos el que se nos utilice como arma política, declaró Dominga Luján.
En cuanto al infundio de haber preparado esta reivindicación “a la sombra de la manifestación de la carretera”, las mujeres clarificaron que al día siguiente de abandonar la huelga de hambre, y saltándose las recomendaciones de los sanitarios, “preparamos nuestras pancartas y acudimos a la cita ante la Delegación del Gobierno y luego a la del Cabildo, por nuestra carretera, la de todos”.
Sin embargo, pese a la reunión, el malestar de las mujeres ha sido mayúsculo al conocer el comunicado de prensa del ayuntamiento sobre el encuentro, en el que se recoge que: “se reunieron para intercambiar opiniones sobre la actualidad económica del municipio”.
Para ellas, esta conducta que califican de tremendo disparate y despropósito, sí es una manipulación malintencionada de la verdad. Instrumentalizar nuestra reunión para lavar la imagen, lejos de buscar la tan ansiada unidad, denota que lo que prevalece son los intereses partidistas, de los cuales nos desmarcamos de manera determinante, afirman las mujeres.
Ante esta situación, las mujeres de La Aldea queremos manifestar a la sociedad que no vamos a permitir que nadie utilice nuestra legítima lucha y, mucho menos, que la mancille. Nuestra dignidad es lo que nos ha movido y así seguirá siendo; no consentiremos que nos dobleguen porque esta lucha aún no ha terminado. Y allá cada cual con su conciencia, concluyó Beatriz Sosa.