ESTAS CONCLUSIONES SE RECOGEN EN UN INFORME Y UNA ENCUESTA DE LA COMISIÓN EUROPEA.
El 65 por ciento de los consumidores europeos no se sienten seguros al comprar productos de fuera de la Unión, dato que se extrae de las conclusiones del Cuadro de Indicadores de las Condiciones de los Consumidores, editado por la Comisión Europea.
Si bien el informe está centrado en el comercio en línea, tiene conclusiones que son aplicables al comercio de las frutas y hortalizas, por cuanto recoge las tendencias de los consumidores europeos, en cuanto a sus preferencias a la hora de elegir productos procedentes del interior de la UE o de países terceros.
En el informe se refleja que, según las evaluaciones de los consumidores y los minoristas, no ha habido ningún claro descenso del nivel de prácticas comerciales ilegales en los últimos cuatro años.
Basándose en la Cumbre Europea del Consumidor de 2013, la Comisión está estudiando la mejor manera de reforzar el cumplimiento de la legislación sobre derechos económicos de los consumidores. En septiembre de 2013 se pondrá en marcha una consulta pública sobre el refuerzo de la eficiencia de la cooperación entre las autoridades nacionales, como parte de la revisión del Reglamento que regula esta cooperación.
A este informe se han venido a sumar los resultados de una encuesta realizada por la UE en la que más del 75 por ciento de los europeos están dispuestos a pagar más por productos respetuosos con el medio ambiente si confían en que verdaderamente lo son (77 %). Sin embargo, apenas la mitad de los ciudadanos de la Unión (55 %) se consideran informados sobre el impacto ambiental de los productos que compran y utilizan.
La encuesta sobre las actitudes de los europeos frente a la creación del mercado único de los productos ecológicos, deja ver que la mayoría de los europeos estarían dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo y comprar más productos ecológicos, pero muchos consideran que les falta información y desconfían de los reclamos ecológicos de los fabricantes.
Janez Potočnik, comisario de Medio Ambiente, ha señalado que “por supuesto que todos queremos ver más productos ecológicos en los estantes, pero esta encuesta revela que la mayoría de los consumidores se sienten confundidos ante los reclamos ecológicos y no confían en ellos. Esto no es bueno para los consumidores, ni recompensa a las empresas que realmente están haciendo un esfuerzo. Estamos trabajando con las empresas y otras partes interesadas para desarrollar la información creíble que los consumidores buscan cuando compran sus productos, lo que ayudará al crecimiento de los mercados y a la creación de oportunidades para la innovación y la inversión en la economía verde”.
La gran mayoría de los ciudadanos de la UE cree que comprar productos ecológicos puede incidir de forma decisiva en el medio ambiente (89 %) y que esos productos son tan efectivos como los demás (74 %). Los ciudadanos que más confían en que los productos etiquetados como ecológicos son menos dañinos para el medio ambiente son los portugueses (84 %), los malteses (82 %), los franceses (81 %) y los belgas (81 %). En cambio, los niveles de confianza son mucho más bajos en Alemania (44 %), Rumanía (46 %) y los Países Bajos (47 %).
Una proporción significativa de los encuestados no considera seguro consumir productos alimenticios después de la fecha que consta en la mención «consumir preferentemente antes del» (45 %). Esto significa que cada día se desperdician o se tiran grandes cantidades de alimentos comestibles. Más del 75 % de los ciudadanos suecos (81 %), austríacos (77 %) y británicos (77 %) consideran seguro consumir productos alimenticios después de la fecha que consta en la mención «consumir preferentemente antes del», opinión compartida por menos del 20 % de los ciudadanos de Rumanía (14 %) y Lituania (17%).
Las empresas que desean resaltar el comportamiento ambiental de sus productos se enfrentan a numerosos obstáculos. Coexisten varios métodos diferentes promovidos por los gobiernos o por iniciativas privadas, por lo que esas empresas se ven obligadas a multiplicar los costes de proporcionar información ambiental. Los consumidores están sumidos en la confusión ante la proliferación de etiquetas diferentes con información variada, lo que dificulta la comparación de productos.
Cuatro de cada diez consumidores opinan que el impacto medioambiental de un bien o servicio influyó en sus decisiones de compra. Entre las razones para no hacer compras respetuosas con el medio ambiente cabe citar la falta de información pertinente, un precio más elevado y la desconfianza acerca de las declaraciones relativas al respecto del medio ambiente.
En abril de 2013 la Comisión adoptó una Comunicación sobre la creación del mercado único de los productos ecológicos y una Recomendación sobre el uso de métodos comunes (véase IP/13/310), que dieron inicio a un proyecto piloto en el que las partes interesadas van a ayudar a desarrollar formas más adecuadas de medir el impacto ambiental de los productos. Esta iniciativa debe contribuir al desarrollo de información ambiental comparable y fiable, que genere confianza entre los consumidores, las empresas, los inversores y otras partes interesadas. Para aplicar correctamente esta nueva iniciativa es esencial comprender mejor el comportamiento y las actitudes de los consumidores.
La encuesta se llevó a cabo en los veintiocho Estados miembros de la Unión Europea. Más de 25.568 personas de grupos sociales y demográficos distintos fueron encuestadas por teléfono en su lengua materna en nombre de la Comisión Europea.