TANTO FEPEX COMO COAG HAN ACUSADO AL PAÍS ALAUÍ DE NO RESPETAR EL PRECIO MÍNIMO ESTABLECIDO.

Según la Federación Española de Exportadores de Frutas y Hortalizas, FEPEX, desde el pasado 1 de noviembre, Marruecos no está respetando el precio de entrada de tomate establecido en el Acuerdo de Asociación con la UE. Este hecho ha supuesto que el valor global de importación haya caído por debajo del precio de entrada establecido en dicho Acuerdo, provocando graves daños al sector español.

 

El precio de entrada de tomate establecido en el protocolo agrícola del Acuerdo de Asociación entre la UE y Marruecos es de 46,1 euros por cada cien kilos. Si el precio de importación es inferior a este valor, el importador debería pagar un derecho de aduana de 29,8 euros cada 100 kilos para evitar que los bajos precios del producto importado hundan el mercado comunitario.

Desde el 1 de noviembre el valor de importación se encuentra por debajo de 42,4 euros los 100 kilogramos, con un mínimo histórico de 36 euros los cien kilos. Esto implicaría el pago del derecho de aduana. Sin embargo, el fuerte volumen de importación de los últimos días pone en evidencia que no se está pagando el derecho de aduana específico, ni se prevé pagar en el futuro porque, según FEPEX, a ese nivel de precios pagando el derecho correspondiente, la importación sería inviable económicamente.

Ante esta situación, FEPEX ha instado a la Comisión Europea a que exija a las autoridades aduaneras un control eficaz del régimen de precios de entrada, con el fin de que los importadores paguen los derechos de aduana correspondientes, considerando además que el 1 de septiembre entró en vigor la modificación del régimen de precios de entrada para permitir un control aduanero eficaz, según prevé el considerando 8 del Reglamento de ejecución (UE) Nº 701/2012 de la Comisión.

Para FEPEX, el alto volumen de las importaciones a bajo precio, facilitadas porque no se pagan los derechos de aduana correspondientes, ha provocado el hundimiento del mercado comunitario de tomate, amenazando la viabilidad de este cultivo. El sector español considera prioritario recuperar la normalidad del mercado comunitario porque la producción de tomate constituye la principal actividad económica en comarcas donde la tasa de paro supera el 35%.

El nuevo protocolo agrícola del Acuerdo de Asociación entre la UE y Marruecos ha entrado en vigor el 1 de octubre. Su aprobación fue rechazada por la generalidad del sector porque implica la práctica liberalización de las exportaciones de frutas y hortalizas marroquíes al mercado comunitario, en el que compiten con las ventajas generadas por unos costes salariales de 60 céntimos/hora.

Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones Agrarias, COAG, ha calificado de vergonzosa la actitud de la Comisión Europea. El secretario provincial de esta organización en Almería, Andrés Góngora, recuerda que además se trata de “un producto sin controles fitosanitarios y un modelo productivo donde no se respeta la mano de obra al existir una conocida y aberrante explotación tanto en adultos como en niños continúa poniendo en jaque al mercado nacional que ve cómo los precios se desploman”.

Góngora recuerda que “cuando nos posicionamos en contra del protocolo agrícola entre la Unión Europea y Marruecos no era por gusto, y es que denunciamos por activa y por pasiva la situación de indefensión que viven nuestros agricultores al no cumplir los países terceros los acuerdos firmados. La historia se vuelve a repetir y la Administración se cruza de brazos permitiéndole todo. Cuando no cumplen los precios de entrada, Marruecos debería pagar el derecho de aduana, algo que se está pasando por alto”.

Para la Organización Agraria es vital que “las autoridades aduaneras controlen de forma eficaz los precios de entrada de tomate y el resto de productos hortofrutícolas. Cuando no es el tomate, es el pepino o el calabacín. Estamos viendo cómo en el mercado de Perpignan se están vendiendo tomates a 30 céntimos/kilo mientras los agricultores españoles ni tan siquiera tienen para cubrir los costes de producción”, aseveró Góngora.