DE LOS 210 MEUROS APROBADOS POR LA UE PARA PALIAR LAS PÉRDIDAS, ESPAÑA RECIBIRÁ 37 MEUROS FRENTE A LOS 126 CON QUE SE INDEMNIZARÁ A HOLANDA.
Nadie lo entiende. Se hablaba de oscuros intereses, de mano negra e incluso se aventuró un “complot para mermar las exportaciones españolas”. Sea como fuere, lo que está resultando incomprensible para los productores españoles es el reparto “injustificado”, a su modo de ver, de los fondos aprobados por la UE para mitigar las pérdidas producidas por la crisis.
Algunas comunidades autónomas han emprendido una carrera contra reloj para recopilar datos sobre las pérdidas ocasionadas en la huerta española por la crisis de la E.coli en Alemania, para poder defender el próximo martes en el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea. Y eso ha sido después de que el propio secretario de Estado de Medio Rural y Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural, Josep Puxeu, se quejara, de forma más o menos pública, de la poca colaboración de las comunidades autónomas.
A raíz de lo anterior, se ha puesto de manifiesto que ni las consejerías de Agricultura ni el propio Ministerio saben qué cantidad de pepinos, tomates, pimientos, lechugas y calabacines se producen en España o en sus ámbitos regionales. En estos momentos sólo se tiene al día las cifras de las producciones amparadas por la Política Agraria Común (PAC), es decir, aquellas producciones agrarias y ganaderas que reciben ayudas europeas.
Mientras esto sucede en el territorio peninsular, en Canarias se han realizado los deberes desde el primer momento en que se solicitaron los datos a este respecto. La única empresa de Canarias que presentó las pérdidas que le produjo la crisis fue la Cooperativa Agrícola COAGRISÁN, que estimaba los mismos muy por encima de los 600.000 euros.
COAGRISÁN era la única empresa canaria de exportación de tomate que tenía previsto seguir exportando hasta finales de este mes. Esto le hubiera permitido batir el récord de los cuatro millones de bultos, antes del quince de junio. Sin embargo, la acusación de culpabilidad a su compañero de ensaladas hizo que los mercados cerraran sus puertas. COAGRISÁN solo continuó exportando a Reino Unido hasta la pasada semana.
Desde la Cooperativa lamentan no solo la pérdida económica, sino el tener que destruir cientos de miles de kilos de un tomate de excelente calidad, fruto de las buenas temperaturas y de la excelencia de los cultivos en la recta final de la zafra.
Si algo ha venido a demostrar esta crisis es que los cultivos españoles mantienen un sistema de control y seguridad alimentaria y de trazabilidad, que es un ejemplo a imitar por otros países. Y eso, generalmente, sufragado por el sector.
Según datos del sector agrario, de los 210 millones de euros aprobados ya por la UE, a España vendrán poco más de 37 meuros, mientras que los productores holandeses recibirán 126 meuros. Incluso los alemanes también recibirán un buen pellizco: 16 millones de euros.
Mientras la Comisión Europea se compromete a que los damnificados por la crisis reciban las ayudas que les correspondan -el próximo 16 de octubre como tarde-, en Andalucía siguen recopilando datos de pérdidas con el sector. Según datos de la Consejería de Agricultura de la Junta, la cantidad de producto destruido por efecto de la alerta sanitaria suma un total de 18.115 toneladas de productos hortofrutícolas desde que se anunció el brote hasta el 10 de junio.
De los datos que dispone el MARM, el producto hortofrutícola que más ha acusado las consecuencias de la falsa alerta ha sido el tomate, del que se ha retirado finalmente una cantidad global de 10.944 toneladas en Almería, frente al “supuesto responsable” de la crisis: el pepino español.
El recuento también se ha trasladado a las cosechas en verde, es decir, a los productos que se han visto obligados a no ser recolectados por su baja o nula rentabilidad ante la ausencia de mercado. Se trata de un total de 1.449 hectáreas de cultivo, en donde el tomate vuelve a ser el más afectado. Al parecer estos datos ya se han enviado a Bruselas.