La iniciativa de varios agricultores, Domingo Martín y Pedro Martín, de los técnicos Javier Manrique y Juan Miguel Torres, y de los técnicos del Cabildo de Fuerteventura ha permitido recuperar la variedad de tomate ‘Especial de Fuerteventura’, cuyo cultivo fue abandonado en la Isla desde mediados de la década de los 60.
Su recuperación tiene un doble interés: garantizar la pervivencia y aprovechamiento de una semilla propia de la Isla y que está a disposición de los agricultores; y abrir posibilidades de selección y desarrollo para aumentar su productividad.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Fuerteventura, Rita Díaz, acompañó a un grupo de agricultores del sector tomatero de la Isla para mostrarles los resultados de las experiencias de cultivo que se han venido desarrollando en los invernaderos de la Granja Agrícola y Experimental de Pozo Negro.
“De esta forma han podido compararla con otras variedades más conocidas actualmente y valorar la posibilidad de su aprovechamiento para plantaciones en sus fincas. El trabajo aún no ha terminado, debemos seguir seleccionado ejemplares y estudiando las mejores formas de producción e incluso registrar la variedad para que la pueda plantar quien quiera en Fuerteventura”, explicó Rita Díaz.
Hace tres años, en el marco de una de las conferencias de las Jornadas Agrícolas que organizan el Cabildo y la Cooperativa de Gran Tarajal se expusieron los resultados de los trabajos de rescate de semillas antiguas que se venían haciendo en otras islas. En ese contexto, algunos de los agricultores asistentes aportaron un viejo recipiente con semillas de la cosecha de 1965.
“Eran unas pocas y trabajamos para intentar su reproducción en los semilleros de la Cooperativa. De todas las que plantamos sólo germinó una, y a partir de ella comenzamos un trabajo que nos ha llevado tres años”, explicó Javier Marique, técnico responsable del proyecto junto a Juan Miguel Torres.
La reproducción a través de esquejes permitió contar con más ejemplares de plantas de ‘Especial de Fuerteventura’, seleccionarlas, clasificarlas y obtener más semillas. Ya en 2014 se hizo una primera comparativa con plantas de variedades como ‘Daniela’, que actualmente son más frecuente en los cultivos de tomate.
Este año se preparó un invernadero de unos mil metros cuadrados con unas 600 plantas de ‘Especial de Fuerteventura’ en la Granja Agrícola y Experimental de Pozo Negro, con polinización a través de abejorros que resulta más efectiva y productiva.
“Eso nos ha permitido mejorar el resultado, con ramilletes de más de tres y cuatro tomates, de buenas características y dimensiones. Ya incluso hay algunos agricultores, sobre todo los ecológicos, que están incluso plantándolos en sus fincas”, explicó Javier Manrique.
Juan Miguel Torres, uno de los técnicos responsables de todo el trabajo, subrayó la aportación de los agricultores Domingo Martín y Pedro Martín, de la Rosa de los James, que conservaron y pusieron a su disposición un recipiente con semillas que había utilizado su padre en los años 60.
“Ahí fue cuando comentó todo el trabajo. Hoy el resultado es que tenemos identificada y recuperada una semilla de Fuerteventura, que es patrimonio del campo majorero. Ese es el principal logro. Todo a partir de una sola planta que fue la que germinó y que abre una enorme variedad de posibilidades para estudiar cómo mejorar su productividad, analizar suelos más productivos, cantidades de agua, polinizaciones, etc”.
‘Especial de Fuerteventura’ proporciona unos tomates de unos 220 gramos, tipo ensalada, caracterizados por su sabor dulce y buena adaptación a las condiciones climáticas de la Isla.
Hasta ahora se ha mostrado resistente al virus de La Cuchara y destaca también por su cáscara más blanda y su resistencia durante más de dos semanas para la comercialización.
Su cultivo era habitual en Fuerteventura hasta mediados de los 60 del pasado siglo, pero la mayor productividad de otras variedades fue llevando a su práctica desaparición.