Un palmero afincado en California ofrece mil euros por un kilo de semillas de esta especie.
Juan Luis Martín Reyes, natural de Breña Alta, reside en Estados Unidos desde hace más de 20 años y se ha propuesto sembrar en su finca de 100 hectáreas esta planta forrajera para elaborar queso ahumado y demostrar que este arbusto también es “bueno para evitar la erosión” de la tierra.
La historia es bien curiosa. Juan Luis Martín Reyes, natural de Breña Alta y residente en Estados Unidos desde hace más de 20 años, anunció en la página de Facebook del periódico digital LA PALMA AHORA que está interesado en comprar un kilo de semilla de tagasaste por un precio de 1.000 euros.
El digital contactó con este palmero que se crió en El Llanito y que ya está jubilado, para conocer el uso que quería dar a las simientes de esta planta forrajera.
Martín respondió que vive en San Diego en verano y en Los Cabos en invierno, y hace años compró un terreno de 100 hectáreas en Baja California para cultivar. Su familia parece no estar muy de acuerdo con la idea, pero Juan Luis ha decidido sembrar tagasastes y criar cabras para hacer queso ahumado y así demostrar que en Baja California se puede dar bien esta planta, y que es buena para evitar la erosión.
La semilla de tagasaste, señala Juan Luis que la puede conseguir vía Australia, “pero creo que no tendría mucha gracia, así que me he propuesto que sea palmera, y de mi familia en La Palma ya no tengo a nadie que se dedique a la agricultura”.
Juan Luis Martín recuerda que “en el siglo XIX el médico Víctor Pérez observó la mayor calidad proteínica de la leche de La Palma en comparación con la de Tenerife, y dedujo que se debía a la ingesta de tagasaste de nuestras cabras y vacas”.
“Entonces Pérez llevó muestras de tagasaste a Madrid y nadie le hizo caso (¡qué raro!), pero en Inglaterra sí, tanto que la semilla fue exportada hacía Australia y Nueva Zelanda”, añade. “Tan importante es la producción de tagasaste en Australia que el territorio que se dedica a su siembra es mayor que toda la isla de La Palma”, resalta.
El tagasaste, apunta, “de Australia se lo llevaron a Chile, de Chile a Perú y Bolivia, y hoy goza de una impresionante salud como forraje, mucho más que en La Palma, claro”, afirma.
Este emigrante palmero en Estados Unidos también cultiva dragos en su finca: “Me traje unas semillas de los gemelos de Breña Alta y las planté en San Diego; ya tenemos un montón de ‘nietos”, dice.