Este sábado se han convocado movilizaciones en toda Europa, para exigir la nulidad de un acuerdo que ‘atenta contra nuestro modelo de agricultura y la seguridad alimentaria’.
Los representantes de Cooperativas Agro-alimentarias, las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, y las asociaciones de consumidores CECU y Ceaccu, consideran que el Acuerdo Transatlántico de Comercio entre la UE y EEUU, conocido por sus siglas en inglés como TTIP, atenta contra nuestro modelo de agricultura y atacará la seguridad alimentaria’.
Entre las cuestiones que preocupan, tanto a productores como a consumidores, se encuentra el “principio de precaución”, que han considerado “clave” en materia de seguridad alimentaria, pues supone que un producto no se pueda distribuir ante la duda de que pueda entrañar un peligro para la salud.
La COAG ha elaborado un pequeño decálogo sobre las consecuencias de dicho acuerdo, donde resalta el perjuicio que representará para las denominaciones de Origen, la imposibilidad de que los agricultores usen sus propias semillas, la entrada de hormonas de crecimiento y antibióticos en la carne importada o tener que aceptar el uso de cloro para desinfectar las carnes y monóxido de carbono para mantener el color rojizo vivo.
Este próximo sábado 18 de Abril, las Organizaciones integrantes de las Campañas y Plataformas Contra el TTIP (Acuerdo UE-EEUU) convocan una Jornada Global de Lucha, coordinada con las organizaciones europeas y mundiales.
Este Día de Acción Internacional contra el TTIP es una jornada descentralizada que incluirá movilizaciones en los distintos territorios. Ya están convocadas movilizaciones en distintas CC.AA. con plataformas constituidas a estos efectos a nivel regional.
Asimismo, el día 17 de abril el grupo Corporate Europe Observatory y la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC) se unirán en un lobby tour guiado por el barrio europeo de Bruselas en el que se darán ejemplos concretos de la influencia de los lobbistas de las grandes corporaciones alimentarias sobre el tratado de libre comercio transatlántico (TTIP) y del trato privilegiado que les da la Comisión Europea para ejercer esta influencia.
La organización agraria, para explicar su postura ante este acuerdo, ha elaborado un pequeño informe con algunas de las consecuencias que va a conllevar su posible aprobación.
Hormonas de crecimiento y antibióticos en tu plato.
La agricultura y la alimentación en Europa se verían sometidas con este tratado a un proceso de desregularización de las normativas relativas a la seguridad alimentaria.
En concreto, Europa tendría que cambiar las normativas actuales para facilitar la entrada de carnes producidas con hormonas y antibióticos, leche producida con la hormona de crecimiento RBST, carnes cloradas y clonadas y productos transgénicos, además de eliminar el principio de precaución.
Bajo la presión de las empresas multinacionales, Europa debilitará las normas que protegen la salud, el medio ambiente y los consumidores. Los sectores ganaderos se verán especialmente afectados por estos acuerdos, ya que los modelos de cría, el bienestar animal y las normas sanitarias, sociales y ambientales difieren enormemente.
Cloro para desinfectar las carnes y monóxido de carbono para mantener el color rojizo vivo.
La concepción sobre la producción de alimentos y la seguridad sanitaria entre Europa y EEUU son absolutamente contrapuestas. En Europa existe el concepto de “la granja a la mesa” que es un término técnico aceptado sanitariamente, que significa que una producción agraria sana en origen da como consecuencia un alimento sano.
Esto conlleva aplicar el principio de prevención y de ahí las normativas sanitarias que se exigen en la producción y que en el caso de las carnes son muy amplias y abarcan entre otros los tratamientos sanitarios a los animales, el acondicionamiento de los locales del ganado, la alimentación y condiciones del agua, así como la trazabilidad en toda la cadena.
En Estados Unidos, además de la utilización de hormonas, transgénicos, antibióticos, etc.. en la producción de carnes, no se exigen en origen condicionantes sanitarios suficientes y de ahí que ante la falta de garantías sanitarias de esas producciones se le apliquen medidas desinfectantes como tratar las carnes con cloro o con ácidos lácticos para “limpiar” los microorganismos. Ni que decir tiene que estos productos dejan residuos que acaban en la comida.
Otro elemento que se utiliza para mantener el color rojo de la carne cuando ya lo pierde por el paso de tiempo es la utilización de un aditivo como el monóxido de carbono. Esto ha dado lugar a intoxicaciones por consumo de carnes en malas condiciones.
Con respecto a la mayor utilización de antibióticos por parte de Estados Unidos, supone un problema de resistencias a los antimicrobianos tanto en animales como en humanos, que se está debatiendo en la esfera internacional.
Amenazado el derecho de los agricultores a utilizar sus propias semillas. En términos de Derechos de Propiedad Intelectual, los sistemas también difieren.
En los Estados Unidos, por ejemplo, la patente regula el mercado de semillas mientras que en la UE es el registro de obtenciones vegetales el que da la libre posibilidad para generar otras variedades.
El TTIP, cambiando las reglas de acceso al mercado, actuará una vez más en favor de las multinacionales de semillas y de productos químicos. El derecho de los agricultores a utilizar sus propias semillas se ve amenazado.
Eliminación de las Denominaciones de Origen y sellos de calidad.
La UE dispone de tres sistemas de control de los productos agrícolas y la calidad alimentaria: DOP (Denominación de Origen Protegida), IGP (Indicación Geográfica Protegida) y ETG (Especialidad Tradicional Garantizada) que para EEUU son elementos que van contra la libre competencia.
EEUU defiende las marcas privadas sobre las Denominaciones. Esto supone que las identificaciones de la UE puedan quedar desprotegidas y puedan ser utilizadas de forma privada. Además será muy difícil que posteriormente a este acuerdo se puedan calificar nuevas Denominaciones de Calidad.