Tribunal SupremoAl igual que sucediera hace ya año y medio con FEDEX, el Tribunal Supremo le ha dado la razón a la patronal tomatera de Tenerife, ACETO y sentencia que no hubo fraude en la compensación al transporte de tomates en el año 2002.

El litigió se generó hace unos trece años, cuando el Ministerio de Economía y Hacienda abrió un expediente de reintegro de cantidad y reclamó a la Federación de Exportadores Hortofrutícolas de la provincia de Las Palmas, FEDEX 8,3 millones de euros, los cuales fueron concedidos en ayudas directas al transporte del tomate. A los pocos meses el ministerio actuó de igual manera con la Asociación de Cosecheros Exportadores de Tomate de Tenerife, ACETO a la que solicitó el reintegro de 4,3 millones de euros.

Del mismo modo que Fedex recurrió la resolución del Ministerio ante la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC, Aceto hizo lo propio. En el juicio, el experto que defendió la tesis del ministerio explicó que su estudio partía de los precios establecidos por la consultora Edei, para el transporte del tomate a la Unión Europea. Esta tarifa era de 6,68 centímetros por kilo, frente a los 15,56 céntimos que reclamaba Aceto al Estado.

Por su parte, Aceto argumentó que en el análisis de mercado realizado no se había tenido en cuenta el transporte en seco de la mercancía, ni la necesidad de utilizar buques frigoríficos para llevar los tomates, pepinos y aguacates hasta la Península. Asimismo, no se contemplaron en el informe los precios de las navieras que normalmente trabajan con Fedex y Aceto.

Ante el fallo negativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que les obligó a devolver 4,3 millones de euros por ayudas que, según dicho fallo, cobraron de más en el transporte de tomate y pepino a Europa durante el ejercicio 2002-2003, más 1,8 M€ por intereses y un 20% de recargo por vencimiento de plazo, Aceto recurrió la sentencia en casación.

Ahora, cinco años después, la Sala de lo Contencioso – Administrativo, Sección Tercera del Tribunal Supremo ha venido a darle la razón a Aceto, fallando contra la sentencia de la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso – Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Consultado por Agroaldea el que fuera gerente de Aceto en aquel momento, Domingo Mendoza, manifestó su completa satisfacción al tiempo que lamentó el daño que hizo al sector hasta colocarlo al borde de la desaparición.

Mendoza rememora momentos amargos de muchos productores que lo perdieron todo, incluso su vida, por un litigio injusto con la Administración al que desde el inicio se mostró ‘con luz y taquígrafos’ que los tomateros no habían cometido fraude.

El empecinamiento de la administración provocó que a la ya endeudada situación del sector por las plagas, el acuerdo comercial con Marruecos y el incremento desorbitado de costes, se añadiera este pleito que terminó por casi liquidar la actividad en la isla.

En la cooperativa Coagisora también han recibido la noticia con gran euforia: “Felicidad no es la palabra que mejor define ahora mismo nuestro estado de ánimo, es algo superior a eso, la pena es que para muchos haya llegado demasiado tarde, tanto que incluso el tomate ha desaparecido casi por completo de nuestro campo y es este hecho el que ha agravado enormemente nuestra situación ya que los pocos que quedamos en activo hemos tenido que hacer frente a la totalidad de los avales que la justicia requería. Debido a esto, durante años nos ha tocado hacer frente a unas cargas financieras insoportables pero aún así hemos conseguido mantener la actividad”.

Desde la cooperativa declaran que “Hemos pasado momentos muy duros y como siempre pasa en estos casos, ha habido que tomar decisiones difíciles y cortar por lo sano para evitar que la infección se extienda. Hace unos años tuvimos que afrontar una fuga de kilos enorme y un desgaste de nuestra imagen brutal que, junto con la crisis general del país, estuvo a punto de tumbarnos, todavía a día de hoy estamos pagando las consecuencias, sin embargo, la decisión que se tomó fue abrir las puertas a todo aquel que no quisiera estar dentro y eso permitió que entrara aire fresco, descongestionara el ambiente y a partir de ahí se pudo volver a trabajar para salir adelante”.

Vaya desde aquí nuestra más sincera enhorabuena a Aceto y a todos los que han formado parte de este sector en Tenerife.