Los exportadores marroquíes y turcos ven en el veto ruso un negocio mientras la CE se lo piensa.
Las exportaciones turcas y marroquíes de hortalizas y frutas se perfilan como las grandes beneficiadas del veto dictado por Vladimir Putin, presidente de Rusia, contra las importaciones agrícolas de la Unión Europea, además de Estados Unidos, Canadá, Noruega y Japón.
Las medidas restrictivas han entrado en vigor tras haber sido publicadas en el portal gubernamental de normativas legales de la Federación Rusa, junto a la lista de productos afectados.
El jefe de la Asociación de los exportadores de hortalizas y frutas frescas de Turquía, Salih Cali, ha indicado a la cadena de televisión rusa HTB (NTV) que su asociación podría aumentar los suministros a Rusia.
Salih Cali ha argumentado que “surge una situación favorable al máximo para nosotros en cuanto a la exportación de nuestras hortalizas y frutas a Rusia”.
El representante de los exportadores turcos se ha mostrado confiado en que por parte de Rusia se suavicen los controles fitosanitarios sobre sus hortalizas y frutas, para facilitar el acceso al mercado ruso.
“En 2012, vendimos productos a Rusia por 800 millones de dólares. El año pasado facturamos 876 millones de dólares, y en los primeros siete meses del año en curso, ya 440 millones. Podríamos aumentar los suministros a Rusia”, señaló Cali.
Por su parte, el presidente de la Asociación Marroquí de Exportadores (Asmex), Hasan Sentisi, comentó que “es una decisión que llega en su momento justo para Marruecos y una ocasión única para integrarnos al mercado ruso de una vez por todas”. “Tenemos que aprovechar para exportar al máximo” y “vamos a anticiparnos y preparar el terreno para esta ofensiva”, aseveró.
Marruecos no quiere esperar y ya ha comenzado a hacer los deberes en busca de negocios. Así Sentisi dijo que las mayores oportunidades que se presentan al país están relacionadas con productos agroalimentarios, pesca y cuero. Incluso ha recordado que el rey Mohamed VI tiene prevista una visita a Rusia el próximo otoño, en la que la posibilidad de fortalecer los intercambios comerciales puede presentarse de forma más oportuna que nunca.
Con respecto al cuero, explicó que actualmente muchos zapatos fabricados en Marruecos son comprados por clientes de la UE y reexportados después a Rusia, con lo que el embargo podría permitir a Marruecos exportar directamente y tener mayores márgenes de beneficio.
El presidente de la Asmex admitió que hay varias trabas que dificultan el flujo comercial con Rusia: por un lado, la existencia de una sola línea marítima directa (desde Agadir) con un puerto ruso; por otro, los diferentes impuestos y tasas de entrada para el mercado ruso.
En la actualidad, el volumen de intercambios comerciales entre Rusia y Marruecos es bajo, en torno a los 18.000 millones de dirhams (1.600 millones de euros) anuales, de los que solo 2.000 millones de dirhams corresponden a ventas marroquíes.
Negociaciones con Bielorrusia
Moscú y Minsk negociarán la semana que viene un posible aumento de importaciones de productos agrícolas y de alimentación de Bielorrusia a Rusia, dijo el ministro de Agricultura bielorruso, Leonid Zaiats, quien ha precisado que estas negociaciones se producirán a raíz de la prohibición de las importaciones a Rusia de los mismos productos procedentes de los países que habían impuesto sanciones contra Moscú por la crisis en Ucrania.
“He tenido una conversación con el jefe de Rosseljoznadzor (la Agencia Federal de Control Veterinario y Fitosanitario de Rusia), Serguéi Dankvert. La semana que viene tiene la intención de viajar a Bielorrusia para tratar temas relacionados con las importaciones de productos bielorrusos al mercado ruso”, indicó.
Leonid Zaiats agregó que Bielorrusia tiene prácticamente establecidas las cantidades que prevé exportar este año. “Tenemos la posibilidad de aumentar significativamente los suministros al mercado ruso”, aseguró el ministro bielorruso.
Por su parte Leonid Marinich, primer viceministro de agricultura y alimentación de Bielorrusia, ha dicho que “para nosotros es una mina de oro. Estamos dispuestos a reemplazar a los países occidentales en muchos aspectos, en particular, en las exportaciones de alimentos”.
Además de otros productos, Bielorrusia está dispuesta a aumentar el suministro de verduras. “Reemplazaremos la patata holandesa, las manzanas de Polonia y otros productos hortofrutícolas. Lo tenemos todo”, agregó Marinich.
También Uzbekistán
Uzbekistán está dispuesto a doblar las exportaciones de frutas y legumbres a Rusia, indicó a la agencia Nóvosti el representante del Ministerio de Agricultura y Recursos de Agua de la República de Uzbekistán, Olimba Artíkov.
La exportación de frutas y legumbres de Uzbekistán a Rusia el año pasado fue de 200 mil toneladas. Este año podría aumentar en 50-70 mil toneladas, por valor de más de 400 millones de dólares, precisó Artíkov, y para 2016 alcanzar las 500 mil toneladas.
Los suministros de frutas y legumbres a Rusia representan casi el 80 por ciento del volumen de exportaciones de Uzbekistán. “El año pasado nuestro país, por los volúmenes de exportación de estos productos a Rusia, adelantó a Polonia, España, Argentina, Marruecos e Italia”, indicó el representante del Ministerio.
Según los datos de 2013, el volumen de producción de frutas y legumbres en Uzbekistán ascendió a 8,4 por ciento, hasta 10,6 millones de toneladas, las cucurbitáceas, hasta 1,57 millones de toneladas (+10,3%), uvas, hasta 1,3 millones de toneladas (+9,2%).
Diferentes evaluaciones indican que 500-700 mil toneladas de este volumen anual se exportan a los países de la CEI, principalmente a Rusia y Kazajstán, cita Novosti.
Importaciones de Latinoamérica
Rusia también ha sondeado a varios países de América Latina en busca de mercados alternativos de compra de los productos agroalimentarios, materias primas y alimentos.
El director del Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera, Serguéi Dankvert, se reunió con los embajadores ecuatoriano, chileno, argentino y uruguayo en Moscú y tiene previsto hacer lo mismo con representantes de Brasil.
Sólo en el caso de la UE, principal socio comercial de Rusia, las importaciones agroalimentarias ascendieron a 12.000 millones de euros el año pasado.
Dankvert destacó durante la reunión con los embajadores latinoamericanos que la actual coyuntura mundial ofrece grandes posibilidades para que esos países aumenten sus exportaciones agroalimentarias al mercado ruso.
Tibieza europea
En la otra cara de la moneda, la primera reacción de la Comisión Europea ha sido advertir a Rusia de que se reserva el derecho “a tomar medidas” contra el embargo ruso, aunque no quiso revelar en qué podrían consistir o si tiene base para acudir de nuevo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), como hizo en abril por el veto de Moscú a la importación de carne de cerdo de la Unión.
Rusia tomó entonces esta medida por casos aislados de fiebre porcina africana, alegando motivos de seguridad alimentaria, mientras que ahora ha impuesto el veto para “garantizar la seguridad” de la Federación.
La CE creará este lunes como primera medida un grupo de trabajo para analizar el impacto del veto ruso en cada sector afectado y evaluar cómo apoyar de la mejor manera posible a los agricultores. También celebrará el jueves una reunión con los Estados miembros a nivel de expertos a fin de analizar la evolución de los mercados en estos primeros días de prohibición.
De momento, la CE considera que es demasiado prematuro hablar de compensaciones porque confía, en palabras del propio Ciolos, en que el sector agrícola “se reoriente rápidamente hacia nuevos mercados y nuevas oportunidades” para limitar el efecto negativo del veto, aunque esta transición también pueda requerir ayudas.
Las primeras estimaciones del posible impacto de la prohibición rusa a las importaciones ascienden a unos 5.252 millones de euros para el conjunto de la UE, según las exportaciones en 2013 de los productos vetados, de los cuales 5.098 millones corresponden a productos agroalimentarios y, 154 millones, a pesqueros.
Se trata de “menos de la mitad de todas las exportaciones agrícolas de la Unión a Rusia” el año pasado, que ascendieron a 11.865 millones de euros, se esfuerza en subrayar la CE. Ello a su vez “sólo” supone el 9,9 % de todos los envíos de este tipo de productos al exterior (119.791 millones de euros).
Además, recuerdan desde la Comisión, parte de los 5.252 millones de euros se refiere a productos ya vetados por Rusia anteriormente (como la carne de cerdo y frutas y verduras polacas).
En el lado ruso, la medida también tendrá su impacto, porque la Federación es “un país importador neto”, recuerdan en la Comisión. El centro de estudios Open Europe calcula que las importaciones de productos agrícolas por parte de Rusia ascienden al 13,3% de todas sus importaciones.
Para los rusos las consecuencias serán probablemente unos precios más altos (impulsando la inflación) y menos elección en la cesta de la compra, aunque Rusia pretende compensar la pérdida de los productos comunitarios y de los otros países vetados con importaciones desde Latinoamérica.