EL PROYECTO CATCH-C, FINANCIADO POR EL VII PROGRAMA MARCO DE LA UE, BUSCA PUNTOS EN COMÚN QUE MEJOREN LA GESTIÓN COMUNITARIA.
¿Qué tienen en común un tomatero aldeano, un viñatero francés y un horticultor holandés? Las repuestas podrían ser tan diversas como formas de entender la agricultura. Pero, quizás la más sencilla sería la de que uno y otros ven afectada su actividad por las directrices de la Política Agraria Común (PAC).
Para conocer a fondo las mil y una formas en las que se desarrolla la actividad agrícola en la Unión Europea y, sobre todo, para buscar puntos en común que mejoren la gestión comunitaria, nació hace un año el proyecto CATCH-C, financiado por el VII Programa Marco de la UE.
Un equipo integrado por 13 científicos de ocho países europeos diseña la agricultura del futuro en Europa, examinando las diferentes formas de gestionar el suelo agrícola en el viejo continente y proponen introducir cambios urgentes para reducir el impacto ambiental y mejorar la eficacia productiva.
El manejo del suelo agrícola, entendido como las técnicas empleadas en el riego, la rotación de cultivos, el laboreo, el uso de nutrientes y productos fitosanitarios, es su principal objeto de estudio.
El equipo de CATCH-C, en el que participa el investigador del Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación ceiA3 en la Universidad de Córdoba, Juan Vicente Giráldez, ha mapeado las principales regiones agrícolas de la UE buscando las técnicas más eficaces medioambiental y económicamente.
Se ha logrado así establecer una tipología de los principales tipos de explotación y zonas agroecológicas de Europa y evaluar los principales impactos de su actividad.
CATCH-C ha prestado especial atención a lo casos de manejos sostenibles, evaluando el coste y el beneficio de su implantación en otros lugares. Se ha conseguido así dibujar una hoja de ruta en manos de la Comisión Europea para tratar de sentar la base para políticas que apoyen la adopción de prácticas sostenibles.