DENUNCIA QUE DETRÁS DE ESOS ELEVADOS NIVELES ESTÁ EL USO EXCESIVO DE FERTILIZANTES.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, ha realizado un estudio sobre la presencia de nitratos en verduras de hoja. Para ello han analizado 210 muestras de acelgas, endibias, repollo, lechuga y espinacas. El objetivo era averiguar cuál es el nivel de nitratos que contienen.
Entre las conclusiones destaca que la ingesta diaria admisible de nitratos (IDA) se supera en muchas raciones de acelgas y espinacas.
El exceso de nitratos en nuestro organismo no tiene efectos perjudiciales para la salud, por sí solos. Pero su conversión de forma natural en nitritos o nitrosaminas, si los puede tener. Son grupos especialmente de riesgo los menores, personas con problemas gástricos o quienes siguen una dieta puramente vegetariana.
El estudio de la OCU pone de manifiesto que a pesar de que todas las muestras, menos una, no excedían los límites de la legislación europea que regula los niveles máximos de nitratos, una parte importante de las mismas, sobre todo en acelgas y espinacas, sí excedían de la ingesta diaria admisible que establece la Organización Mundial de la Salud.
Por su parte, los agricultores españoles se defienden del estudio de la OCU, asegurando que no juegan con los fertilizantes. Para Javier Alejandre, técnico de UPA, el excesivo uso de fertilizantes no es una tendencia de los agricultores, ya que los elevados precios hacen que el productor sea “muy estricto” a la hora de dosificarlo.
Para COAG, la luminosidad juega un papel fundamental en la presencia de nitratos de verduras, ya que a más luz, menos nitratos y a menos luz, aumenta el porcentaje de esta sustancia.
PERO, ¿SON MALOS LOS NITRATOS?
Según expone un informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que mide los riesgos para la salud humana, los nitratos no son tóxicos de por sí. Sin embargo, pueden reaccionar en el metabolismo y convertirse en nitritos, óxido nítrico y compuestos nitrosos que pueden perjudicar a la salud a través de enfermedades como el cáncer.
El estudio concluye que no existen “estudios epidemiológicos” que sugieran que la ingesta de nitratos, a través de la dieta, aumente el riesgo de padecer cáncer.