EL ESTUDIO HA DESATADO UNA OLA DE CRÍTICAS POR LA METODOLOGÍA UTILIZADA.
Un estudio científico realizado por investigadores franceses ha analizado, por primera vez, los efectos de un maíz transgénico y su herbicida asociado, (el maíz de Monsanto NK603 y su herbicida Roundup Ready) en la salud a largo plazo de ratas de laboratorio.
Los científicos concluyeron que las ratas alimentadas con el OMG de Monsanto sufrían una mayor tasa de tumores, lesiones en múltiples órganos y muerte prematura
El gobierno francés pidió de inmediato que sus organismos de salud alimentaria estudiaran los hallazgos, aunque de entrada algunos científicos cuestionaron los métodos básicos de la investigación y Monsanto señaló que confiaba en sus productos y su seguridad había sido certificada en su momento.
Gilles-Eric Seralini, científico a cargo de la investigación francesa, dijo que las ratas alimentadas con NK603 -variedad de semilla tolerante al herbicida Roundup- murieron antes que aquellos individuos de control en una dieta estándar.
Los expertos internacionales no involucrados en el estudio se mostraron escépticos, con uno de ellos incluso acusando a los científicos franceses de ir en una “caza de datos estadísticos” y otros describiendo los métodos como muy por debajo del estándar.
Los animales en una dieta de OMG sufrieron tumores mamarios y como daño severo en hígado y riñones. Los científicos explicaron que el 50% de los machos y el 70% de las hembras murieron de forma prematura, comparado con un 30% y 20% respectivamente en los individuos de control.
El portavoz de Monsanto, Thomas Helscher, ha dicho que la compañía revisará el estudio y agregó: “Numerosos estudios han revisado los efectos de los cultivos transgénicos a la fecha, incluyendo más de un centenar sobre alimentación, y han confirmado su seguridad y cumplimiento con las normas de seguridad de las agencias reguladoras en todo el mundo”.
La recomendación es muy cercana, pero de todas formas se hace necesario que los científicos franceses entreguen mayor información sobre la dieta de las ratas, metodología empleada, tasas de crecimiento, cantidad de individuos utilizados, etc, de forma de acallar las críticas.
Las autoridades francesas ya solicitaron que se revisen los hallazgos de la investigación y las críticas de los expertos por la metodología utilizada no han cesado desde que se hizo público el estudio hace una semana.
Por su parte, la organización Greenpeace ha confirmado que los consumidores son cobayas sin saberlo, ya que los daños para la salud de este maíz transgénico no han sido suficientemente evaluados. Ni de este, ni de ningún transgénico, según el Responsable de la Campaña de Agricultura, Luis Ferreirim.
Según Greenpeace, lo realmente grave es que este maíz está autorizado desde el 2004 en la Unión Europea para alimentación humana y animal. El hecho se agrava aún más en España, ya que, además de ser el país de la UE donde más plantas transgénicas se cultivan a escala comercial (en este caso otro maíz de Monsanto, el MON810), es también el país de la UE con mayor número de cultivos experimentales al aire libre.
Ferreirim señala que como se ha puesto en evidencia el proceso de autorización de transgénicos es muy flojo, por lo que ante estas nuevas revelaciones solo nos cabe pedir que se aplique el principio de precaución y se decrete una moratoria inmediata en Europa a todos los transgénicos ya sea para importación, cultivo o incluso experimentación al aire libre.
La única forma de evitar todos estos problemas es comer productos derivados de la agricultura y ganadería ecológica, pero la agroindustria ha visto en este sector, que está en pleno crecimiento, una nueva amenaza y arremete contra ella como puede, agregan desde Greenpeace.