El compuesto obtenido de la semilla de la baya, que crece únicamente en la meseta de Atherton, en el estado de Queensland, ha recibido el nombre EBC-46.
Después de ocho años de investigación en el instituto QIMR Berghofer en Australia, el doctor Glen Boyle ha encontrado una baya que tiene unas increíbles propiedades en contra del cáncer. Los resultados se derivan de tratamientos experimentales con un suero que se han llevado a cabo en caballos, perros y gatos y prometen mucho para tratar los tumores y el melanoma en la cara y el cuello.
A partir de ahora, un grupo de científicos comenzará a realizar pruebas clínicas con el compuesto obtenido de una baya que crece en el noreste de Australia y que es capaz de eliminar los tumores que aparecen en el cuello y la cabeza, así como los melanomas.
La empresa biotecnológica QBiotics obtuvo el permiso para hacer las pruebas con este compuesto descubierto por el equipo liderado por Glen Boyle, del instituto de investigación médica OIMR Berghoder de la ciudad australiana de Brisbane.
De la semilla de la baya en cuestión se ha sintetizado un suero, el EBC-46, que reduce el tiempo de tratamiento de un par de semanas a cuestión de días. El suero es inyectado en la región enferma y los resultados se pueden apreciar en menos de 5 minutos.
El compuesto químico ha sido probado en 300 animales, entre ellos caballos, gatos y perros, en experimentos en los que ha demostrado una efectividad de 75 por ciento y ha logrado destruir los tumores sin provocar efectos secundarios.
“El compuesto opera principalmente de tres formas: mata las células del tumor, le corta el abastecimiento de sangre y activa el sistema inmune del cuerpo para arreglar el caos dejado (por el tumor)”, explicó Boyle.
Cinco minutos después de la primera inyección la zona se torna de un color púrpura, al día siguiente el tumor se torna negro y un par de días después se desprende; una evolución increíblemente rápida. Este tipo de tratamiento sería, potencialmente, un acompañamiento a la cirugía o a la quimioterapia, no un reemplazo.
Los problemas actuales del tratamiento, obviando que aún no se han llevado a cabo pruebas clínicas en humanos, radican en la dificultad de obtener la baya, la aplicación y su inutilidad para tratar casos de cáncer metastásico.
La baya es, según Glen, “particularmente especial para escoger donde crece” y el tratamiento está limitado a zonas donde se pueda inyectar directamente. Aunque estos “problemas” no han disuadido a QBiotics, una compañía de biotecnología, para obtener permisos, y fondos, para continuar con la investigación.
En caso de que se demuestre su efectividad en pacientes humanos podría ser una excelente opción para el tratamiento del cáncer en pacientes demasiado débiles para enfrentar una ronda de quimioterapia o la anestesia general de una cirugía.
Hasta el momento se desconoce por qué la baya produce el compuesto o cómo funciona, pero en un futuro cercano podría ser una opción más para atacar el cáncer y mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren de él.
Los investigadores creen que las pruebas pre-clínicas sugieren que el medicamento puede ser efectivo en pacientes humanos, aunque su uso se circunscribiría a los pacientes con tumores a los que se puede acceder a través de una inyección y excluye a aquellos con metástasis.