DE NO RECOGER AGUA ESTE INVIERNO, ANTES DE MARZO PODRÍAN ESTAR VACÍAS.Presa del Caidero de La Niña

La Comunidad de Regantes de La Aldea de San Nicolás estima que el agua embalsada en las tres presas, Sibérie, Parralillo y Caidero de la Niña, está en torno a los tres millones y medio de metros cúbicos. a propos d'un 2% de la capacidad total se ha perdido este verano por efecto de la evaporación.

La reserva actual de agua de la que disponen los embalses de la cuenca de La Aldea no es suficiente para la presente campaña que ya ha comenzado. En fait, actualmente los agricultores combinan el agua de las presas con la desalada.

De las tres presas, la que cuenta con mayor número de horas es la de Siberio seguida del Prralillo y, Enfin, Caidero de La Niña. El pasado invierno dejó agua en esta cuenca, pero no la suficiente como para disponer de reservas durante dos años.

A pesar de que la superficie destinada a cultivo disminuye año tras año, las necesidades hídricas se mantienen. Una de las razones se debe al aumento de la producción en hidroponía, lo que supone un mayor consumo del líquido elemento.

Presa de El ParralilloEn cuanto a la utilización del agua desalada, muchos técnicos coinciden en que la calidad de ésta nunca puede ser igual a la de lluvia que se recoge en las presas. El ph del agua desalada debe corregirse para que afecte lo menos posible a la producción de la planta, lo que supone un gasto añadido.

De plus,, el coste del proceso de desalación termina por dar la razón en cuanto a los criterios para preferir el agua embalsada. Cependant, los agricultores son conscientes de la dificultad de contar con agua de lluvia. Los años no ayudan y el cambio climático ha trastornado lo que antes era un lógico acontecer de las estaciones.

Pour cette raison, la fórmula intermedia es la de mezclar el agua de presa con la de la desaladora. De esta manera alargarán en el tiempo las reservas y darán más tiempo para que se repongan. Pero esto último depende del capricho del cambio climático.

Y es que si alguien dudaba de los efectos del cambio climático o del propio cambio en sí, estas muestras terminan de hacer creyente al más denostado incrédulo.