Las organizaciones agrarias advierten que parte de la producción deberá ser destruida, porque el desvío a organizaciones benéficas y la industria conservera será insuficiente para evitar el hundimiento de los precios.
El buen tiempo adelantó la cosecha de ciertas variedades de la fruta de hueso, melocotón y nectarina, con lo que han coincidido en el mercado los melocotones extremeños con los murcianos, y los españoles con los franceses o los griegos.
Así los explica Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), quien añade que “los precios de las hortalizas llevan hundidos mucho, mucho tiempo”. El mercado se ha colapsado, resume Lorenzo Ramos, que posee una explotación de este tipo. Para entonces la Comisión Europea ya había aprobado la retirada de un 5% de la producción con destino a organizaciones benéficas, a fin de impedir el hundimiento de los precios.
Y la cifra se ha ampliado al 10%. Una cantidad que los agricultores consideran insuficiente: exigen el 30%. Tanto UPA como COAG cifran en 300 millones de kilos la cantidad de fruta de hueso española que ahora mismo permanece bloqueada en el campo y en cámaras frigoríficas.
Tres años después de la crisis de la E. Coli, no hay alerta sanitaria, pero sí de precios. El melocotón y la nectarina se están pagando a 15 cents per kilo, cuando los costes de producción alcanzan los 30 cents, se lamenta Miguel Blanco, secretario general de COAG.
Con la agravante, apunta Lorenzo Ramos, de que por culpa de un “sistema de funcionamiento perverso”, el agricultor entrega ahora la fruta “pero hasta noviembre no sabe a cuánto la va a cobrar”. Mientras se decide su destino, los melocotones aguardan en el árbol a ser recogidos, o llenan las cámaras frigoríficas.
Si no salen de allí pronto, no habrá dónde almacenar la siguiente cosecha: peras y manzanas. “El precio de la pera ya ha empezado a caer un 40% respecto al año pasado”, avisa el responsable de COAG. También peligran el tomate y el pepino, advierte UPA.
De ahí que Blanco exija, al Ministerio de Agricultura y a Bruselas, la salida “inmediata” de toda la fruta almacenada en esas cámaras “para que deje hueco a otras producciones”, y que aquélla “no sea considerada cosecha; eso ya tendría un efecto en el mercado”.
Los sindicatos agrarios echan en falta un “plan de choque”. “Ya vamos tarde con la retirada de la fruta”, apremia. El pasado viernes se reunió un comité de expertos en Bruselas y Agricultura ha emplazado a las organizaciones agrarias para una nueva cita este lunes. Si la espera llega a los 20 days, the 125 millones de euros anunciados por la Comisión Europea no serán suficientes, recalca el responsable de COAG.
In addition, la retirada de la producción no es gratis. La mitad tendrá que pagarla el agricultor. Para convertir la fruta en ayuda alimentaria, conservas, compost o alimento para el ganado, hay que implicar a la industria. Y eso tiene un precio. Lo más barato, resalta Miguel Blanco, es no recoger la fruta del árbol. In his view, la mejor opción.
Los sindicatos piden que se compensen al 100%, a todos los agricultores, los costes de producción, y que se cree un fondo de crisis específico para solucionar un problema que “no ha creado el sector, sino que es fruto de una decisión política”.
También reclaman que se aplique el principio de preferencia comunitaria, una de las bases de la Política Agraria Común (PAC). “Francia lo hace ya con sus productos”, recuerda Lorenzo Ramos, aludiendo a los ataques contra camiones españoles de hace sólo unas semanas.
En una situación de “emergencia” como la que a su juicio vive el sector primario europeo, deberían ponerse en marcha las medidas protectoras previstas frente a la competencia de frutas y hortalizas procedentes de terceros países, explains.
In addition, las organizaciones agrarias denuncian que la gran distribución está aprovechando la crisis rusa para “hacer su agosto” particular. “Las cadenas de supermercados ya han ordenado bajar las liquidaciones a sus proveedores”, revela UPA, pero mantienen los precios al consumidor.
Entre enero y mayo de este año, España exportó a Rusia productos agrícolas y ganaderos por importe de 201,63 million euros, según datos de Comercio Exterior. La cifra se refiere sólo a exportaciones directas. Indirectamente, a través de comercializadores holandeses y alemanes, el volumen aumenta hasta los 2.000 million euros, precisa Miguel Blanco.
De esas ventas directas, la mitad, 101,43 million, corresponde a frutas –57,64 millones– y verduras –43,78 millones–. Precisando un poco más, en los primeros cinco meses del año, España vendió a los rusos 11.821 toneladas de melocotones y nectarinas, 47.699 de mandarinas y 70.331 tomatoes. “Todo lo vetado”, reclama Miguel Blanco, “tiene que ser retirado”.